NECESIDAD Y CUMPLIMIENTO DE
LAS NORMAS
(7 de
Septiembre de 2.012)
Se ha iniciado en la revista
Trofeo Caza&Conservación, Septiembre 2.012, nº 508, una nueva sección
titulada “Grandes cazadores”. En ella se intentará describir a grandes
rasgos los hechos y vivencias experimentados por estos grandes hombres. Ha
comenzado esta sección con el famoso Frederick Courteney Selous, genuino
representante inglés de los cazadores africanos del siglo XIX. Firma el
artículo Jesús Nuño. Por mi parte, me parece muy bien esta iniciativa llevada a
cabo por la revista, de la que espero dure bastante dado el abundante número de estos personajes.
Hay algo que me ha llamado
la atención del artículo. El autor, en el comienzo, al hacer una breve
semblanza del personaje, le achaca a su carácter “tener
un sano desprecio por las normas”. Si por “sano” entendemos de buena moral e intención sincera y por “desprecio” falta de estima ó aprecio,
desaire y desdén, hay que concluir que a este señor las normas le traían sin cuidado, puede que algo normal
después de estar acostumbrado a desarrollar su afición en África durante el
siglo XIX, tiempo y lugar donde las normas debían brillar por su ausencia. Tengo
un amigo, también cazador, que dice que “las
normas están para no cumplirlas”, a pesar de que el lugar y tiempo son
bastantes distintos.
Esta cualidad, “sano desprecio por las normas”, parece estar reservada para
aquellos personajes que han destacado en la vida por alguna circunstancia, los
denominados en un lenguaje americano “ganadores”.
Estos, en lenguaje español se denominan “politicos”,
“agentes sociales”, “agentes empresariales”…. Gentes que están por encima
del bien y del mal. A ellos se les
permite, incluso se les elogia y encomia, el pasar por las normas sin
cumplirlas. Eso sí, todos los demás ciudadanos, los verdaderos currantes, que a
pesar de no ser “ganadores” ni “lo otro”, son los que sacan a la
colectividad a flote, están obligados a cumplirlas so pena de recibir el
correspondientes castigo.
Viene también a mi recuerdo otra sección,
con solera, de la revista Trofeo. Me refiero a la denominada "El Peso de la Ley”, del abogado Alonso Sánchez Gascón. El artículo correspondiente al mes de Agosto pasado, nº 507, dice en titulares, margen del artículo, al tratar sobre el uso del calibre .22, cito textualmente: “Los cazadores deben utilizar las armas y calibres que les dé la gana y según el gusto cinegético que cada uno tenga, y nadie debe meterse en estos asuntos tan personales”.
Creo, es una opinión, que el Sr. Gascón, al igual que nuestro personaje Frederick Courteney Selous, tiene también esa rara cualidad de tener un “sano desprecio por las normas”. Pero además, parece ser que alienta, de alguna manera, a que también lo tengan otros cazadores, ya que parece ser, es de la opinión de que los cazadores deben hacer lo que les de la gana, independientemente de la afectación de su acciones a otros grupos. ¿Es así, Sr. Sánchez Gascón? ¿O es que interpreto mal sus palabras?
Creo, es una opinión, que el Sr. Gascón, al igual que nuestro personaje Frederick Courteney Selous, tiene también esa rara cualidad de tener un “sano desprecio por las normas”. Pero además, parece ser que alienta, de alguna manera, a que también lo tengan otros cazadores, ya que parece ser, es de la opinión de que los cazadores deben hacer lo que les de la gana, independientemente de la afectación de su acciones a otros grupos. ¿Es así, Sr. Sánchez Gascón? ¿O es que interpreto mal sus palabras?
De cualquier forma, no es la primera vez que el Sr. Sánchez Gascón opina de esta manera. Si nos remontamos a otros artículos de opinión de su columna “El Peso de la Ley”, observo en los mismos que este señor tiene por norma generalizar en la mayoría de sus artículos, haciendo regla de la excepción y metiendo en un mismo saco a todo un colectivo por sucesión de algún caso puntual a alguno de sus componentes.
Pondré algunos ejemplos para ver de explicarme:
- Trofeo Enero 2011, nº 488, artículo titulado “La custodia de las armas de fuego”, título del mismo margen: “Estamos obligados a guardar las armas en un lugar seguro. Muy bien, pero, ¿qué es un lugar seguro? Alguien, inocente, podría pensar que cualquier lugar que yo, propietario del arma y primer interesado, entienda que es de difícil acceso para los ladrones, pero no es así”. Deduzco de lo expresado que el Sr. Gascón es partidario de que cada cazador, de forma individual y totalmente subjetiva, elija cómo y donde debe guardar su arma. Sigue diciendo, comienzo del artículo, de una forma totalmente despectiva y desprestigiando una norma al decir literalmente: “…el Reglamento de Armas, ese papelucho a todas luces abusivo, pero que lo es menos que el que viene, que todos estamos obligados”. Menos mal que el que viene, el nuevo Reglamento, es menos abusivo.
- Trofeo Septiembre 2009, nº 472, artículo titulado “Retirada de armas por prudente criterio de la autoridad”, idem: “Aunque parezca increíble, no es la primera vez que a un cazador le retiran un arma perfectamente documentada porque el agente de turno interpreta que no tiene motivos para portarla. ¿Cómo es posible que ocurra esto? ¿Abuso de autoridad o simplemente falta de criterio del agente?” Sigue el Sr. Gascón en contra de una autoridad que se limita exclusivamente a intentar cumplir con su obligación, intentando llevar a cabo el cumplimiento de una norma.
- Trofeo Edición del 01/07/2012, Nº 506, artículo titulado “Los guardas de caza y la Ley (y VIII)”, escribe lo siguiente: “Retomo lo dicho en mi artículo anterior. Me informan (y además tengo un expediente, o dos, o tres encima de la mesa) de que, en Andalucía, los funcionarios competentes, sí, éstos que parece que actúan como si el cortijo fuera suyo, no tramitan o no tramitan correctamente las denuncias de los Guardas Particulares del Campo-Guardas de Caza, de tal modo que estos expedientes, se sobreseen, se archivan, caducan o prescriben. Sólo tramitan, me dicen (es “vox populi”), las denuncias de “sus” guardas”, Aquí, en este artículo defiende a los guardas de caza, en contra de lo que opinaba en otro sobre el abuso de autoridad ¿En que quedamos Sr. Gascón? ¡Ah! , algo mas importante, los funcionarios competentes, que son los “de carrera”, Vd. debe saber a que me refiero, ni son los dueños del cortijo, ni actúan como si los fueran; creo está Vd. confundiendo a estas personas con otras, llámense empleados públicos.
Le debe quedar claro al Sr. Gascón que la Administr ación está, en su mayor parte, dir igida
por esas personas nombradas mas
arriba y que tienen ese “sano desprecio por las normas”. Esos que se cubr en
unos a otros entre sí, pasan por encima de los ciudadanos que pagan sus
impuestos, entre los que se encuentran aquellos trabajadores de la Administr ación, funcionarios de carrera competentes, que han
aprobado una oposición y tienen vocación de ser vicio
público, que cobran por servir al
administrado, que es en definitiva quien les paga, y que cada vez trabajan más
por menos. Esos que tienen ese “sano
desprecio por las normas” es
el colectivo a extirpar. Que se marchen y dejen a los funcionarios hacer
su trabajo.
Sr. Gascón, los ignorantes de la Ley puede que estemos disculpados a la hora de criticarla sin fundamento, todavía más cuando nos encontramos en las famosas tertulias y mentideros de antes y después de las cacerías, pero Vd. es abogado, licenciado en derecho en ejercicio de su carrera, conocedor de los procedimientos que mueve ese mundo farragoso de las Leyes y diserta, con sus artículos en la revista, desde un lugar a través del cual llega a muchas personas, bastante de las cuales leen su artículo como si de un catecismo se tratara. Debería ser el más indicado no sólo en acatar las normas, sino también en cumplirlas y, algo muy importante, como es llevar a cabo la labor de su difusión, mediante el ejercicio libre de su profesión y con su columna “El Peso de la Ley” de la revista “Trofeo, Caza&Conservación”. En definitiva, en mi opinión, nadie, en especial Vd., debería ser de esas personas que tienen “un sano desprecio por las normas”. No estaría demás, que tratara de ser más objetivo sin necesidad de dejar aparcadas sus críticas.
Creo que el Sr. Gascón, como muchos otros, se ven obligados a escribir todos los meses un artículo en la revista y de vez en cuando se pasa en sus críticas. No se puede inducir a los lectores a pensar que una acción individual puede llegar a ser mejor que una colegiada.
Aunque su opinión, la del Sr. Gascón, no sea la de la revista donde escribe, creo que este artículo debería ser revisado de vez en cuando por la redacción correspondiente.
Creo que el Sr. Gascón, como muchos otros, se ven obligados a escribir todos los meses un artículo en la revista y de vez en cuando se pasa en sus críticas. No se puede inducir a los lectores a pensar que una acción individual puede llegar a ser mejor que una colegiada.
Aunque su opinión, la del Sr. Gascón, no sea la de la revista donde escribe, creo que este artículo debería ser revisado de vez en cuando por la redacción correspondiente.
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