domingo, 21 de octubre de 2012

“OPERACIÓN HORUS”: EL CONTROL DE LAS SUBVENCIONES POR PARTE DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA ANDALUZA Y SU PAPEL EN EL TEJIDO EMPRESARIAL

He visto estos días pasados en Internet  un artículo referente a la llamada “Operación Horus”Andalucía Información, cuyo titular es el siguiente: “El Expolio que nunca existió”. Leyendo el artículo con más detenimiento deduzco que hace un año y medio, aproximadamente, se produjo una denuncia por parte del Seprona, de la Guardia Civil, hacia el ilegal funcionamiento de un centro de cría de Águilas Reales en Sevilla, concretamente uno situado en el barrio de San Jerónimo. La denuncia recayó en el Juzgado de Instrucción nº 1 de Sanlucar la Mayor (Sevilla). En dicha instrucción se presumió, en principio, que se estaba ante un caso de una extensa red  dedicada al expolio y tráfico de aves rapaces protegidas en la que estaban implicados centros de cría repartidos por toda la península, concretamente en Jaén, Córdoba, Ciudad Real, Coín (Málaga), Baracaldo (Vizcaya), Bilbao, San Lorenzo de El Escorial (Madrid), Lorca (Murcia)  y Avilés y Cangas de Onis (Asturias). 
La conclusión a la que llegaron las investigaciones  llevadas a cabo por la Unidad Central Operativa Medioambiental (UCOMA) del SEPRONA, en las provincias citadas, era que los implicados “robaban” huevos y pollos de águila imperial del medio natural y los llevaban al centro de Sevilla, donde los presentaban como nacidos en este centro para seguir cobrando las subvenciones de la administración andaluza, que podrían rondar el millón de euros anuales por diferentes conceptos desde 2.002.
Pues bien,  después de año y medio de instrucción, el juez  ha llegado a la conclusión de que no hay existencia de dicha red y que los implicados han actuado por su cuenta de forma separada, con lo cual se ha inhibido a favor de los juzgados de las diferentes provincias afectadas en la causa sobre "la presunta red de expolio de aves rapaces protegidas”.
Pero con ello, el juez no intenta quitar culpabilidad a los imputados, sino sólo decir la no existencia de una red organizada. Los denunciados por el Seprona seguirán estando, presumiblemente, imputados, pero ahora por otro juzgado, el correspondiente a su demarcación territorial. Por ello, me parece que el titular del artículo no es el adecuado, “El Expolio que nunca existió”, ni que  "La Guardia Civil se equivocó, confundió a expoliadores con científicos".  Sólo reconocer que  se ha mantenido una instrucción por un juez incompetente territorialmente y que ahora retomarán dicha instrucción los juzgados a los cuales se les ha traspasado la causa, ya repartida.
Lo inaudito e increíble del asunto es que cómo es posible que la Administración Pública, en este caso la andaluza, no realice controles sobre las empresas privadas a las que subvenciona, para en primer lugar constatar que, dichas subvenciones, son viables y se gastan en  los proyectos subvencionados y no en otros; en segundo lugar que se realizan todas y cada una de las justificaciones del presupuesto y, por último, que se cumple el fin perseguido, como es la cría y posterior suelta de las rapaces en los lugares adecuados.  Pero claro, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia: el proceso de cría se lleva a cabo con huevos y pollos conseguidos de forma ilegal,  la subvención no sólo se gasta en el fin perseguido, en este caso las repoblaciones del águila real, sino que parte o incluso todo se puede gastar, presumiblemente, en la cría de otras rapaces, las cuales se venden a los cetreros y reportan pingües beneficios y al final se justifica la falta de aves protegidas como un fallo de la investigación. De cualquier forma es increíble que una administración pública lleve subvencionando, en este caso al Centro de Cría de San Jerónimo, durante nueve años y se descubra ahora el pastel por parte de la Guardia Civil.  Claro, los políticos se enteran por la prensa. ¿Si se enteran por los medios de comunicación del uso ilegal de un montante de 1.000.000.000 €?, caso de los ERE/s, ¿que no pasará con los cientos y cientos de subvenciones a nivel mas inferior? ¡Que sumen!, ¡que sumen todas estas y verán hasta donde llegamos! Puede que los 1.000 millones signifiquen una cantidad ridícula. Eso sin entrar en otros asuntos como son las “Encomiendas de Gestión”, “Subcontratas de Servicios Profesionales”, los llamados “Programa de compensación económica a la dedicación institucional”, “Cooperación Internacional” y bastantes más cosas. Pero eso son otras cuestiones que no vienen al cuento.
Este caso, el de las rapaces, es sólo una muestra de lo que está ocurriendo en nuestra Autonomía. Desde la Expo del 92, ejemplo de lo que, a mi juicio,  pudo considerarse inicio de la trama, la Junta de Andalucía ha tejido una red empresarial cuyos dirigentes están directamente relacionados con los correspondientes políticos de turno, los cuales reparten las subvenciones, encomiendas, subcontratas, apoyos institucionales, cooperaciones, etc.…etc.…, a capricho y sin tener que dar cuenta de las correspondientes justificaciones. Desde la citada Exposición Universal, donde se acuñó, creo por parte del periodista Antonio Burgos, una cifra curiosa, “El Pellón”, equivalente a 1.000 millones de las antiguas pesetas,  las administraciones locales, Ayuntamientos y Diputaciones, y regionales, Junta de Andalucía, tomando ejemplo de lo realizado por el insigne Jacinto Pellón, consejero delegado de la Sociedad Estatal, se han lanzado a una loca carrera por copar  la red productiva de esta región. Las empresas privadas con vocación empresarial, regidas por verdaderos emprendedores, han visto invadidas sus parcelas por empresas paralelas creadas al amparo de las subvenciones y regidas por los amigos y/o familiares de los políticos de turno,  creándose una injusta competencia y viéndose obligadas a cerrar en una mayoría. Las consecuencias ya las estamos viendo: esas empresas paralelas, debido a una lenta pero inevitable desaparición de las subvenciones, están cerrando por falta de una gestión adecuada y vocación empresarial,  y las otras, como consecuencia de la falta de pago de sus acreedores, entre los que se encuentran las Administraciones Públicas, se ven también abocadas al cierre, las que no lo hicieron al principio. Igual ocurre con el funcionario de carrera, el cual está siendo sustituido por el empleado público de la Administración paralela, disminuyendo año tras año la convocatoria pública de trabajo e incrementándose la de las Agencias o Empresas Públicas.
No es que yo, desde estas líneas, le eche toda la culpa a una forma de gobernar la Autonomía, que veo bastante estúpida y perjudicial para los ciudadanos. Hay también una crisis provocada por esa misma forma de gobierno fuera de nuestras fronteras, por ese afán de encumbrase y ponerse rico a costa de los demás. 
El día 30 de Septiembre pasado, un artículo de “El Mundo”, firmado por Francisco Rosell, titulado “Atrapados en el Tiempo”, se hace eco perfectamente de estos hechos con las siguientes palabras: <<Andalucía lleva 30 años en un “Inacabable día de la marmota” sin denunciar jamás conductas por graves que sean” . "La prosperidad de las sociedades -y Andalucía es un ejemplo pristino- reside en la calidad de sus instituciones. Por eso, “cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no con bienes sino con favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias, más que por el trabajo, y que las normas no le protegen contra ellos, sino que, por contra, son quienes están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez supone un inútil sacrificio, entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que esa sociedad está condenada”>> . 
Desde estas líneas felicito al Sr. Rosell por haber expresado en tan pocas palabras y de una forma tan clara, una forma de actuación como la que se lleva a cabo desde las instituciones andaluzas. Aunque hay que reconocer que la CEA (Confederación Empresarial Andaluza) es una de las beneficiarias de las subvenciones.
Creo, desgraciadamente, que volver a poner en marcha un tejido empresarial auténtico, con emprendedores conscientes del riesgo y de su responsabilidad, nos costará bastante tiempo. No creo que volvamos a conocer los tiempos de bonanza pasados. Se cumplirá en este caso el dicho de que “cualquier tiempo pasado fue mejor” y, en este caso, de verdad. De cualquier forma espero que algún día cambien las actuaciones de las instituciones y no lleguemos a la condena de la sociedad preconizada por el Sr. Rossel.





2 comentarios:

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    1. Buenos días Sr. José Felix, tras leer lo publicado por usted en este blog no puedo más que decirle que es mejor permanecer calladito y parecer que no sabe de algún tema, que abrir la boca y confirmarlo.

      En primer lugar en su escrito, en varias ocasiones habla de águilas reales cuando se trata de imperiales, un patinazo sin mucha importancia pero que induce a confusiones.

      En segundo lugar decirle que el titulo del articulo "El expolio que nunca existió" es posiblemente el más correcto que se ha publicado en la prensa sobre este caso ya, que por si no lo sabía, cada desnide realizado contaba con todas las autorizaciones y cumplia con los requitos legales (autorización firmada por el director de GMN, informe, el desnide lo realizaba un esclador profesional ajeno, un funcionario publico levantaba acta, incluso en alguna ocasión el responsable de PRL superviso que en este aspecto tb se ajustase conforme a derecho, etc).

      Habla usted de control de la Admon. sobre empresas privadas cuando la empresa que desarrollaba este programa era, la llamada por aquel entonces, EGMASA que es una empresa pública dependiente de la propia consejería.

      El colmo de la desfachatez es que con toda la tranquilidad, usted tiene el atrevimiento de afirmar que el proyecto se realizaba con pollos y huevos obtenidos ilegalmente. Como ya le he comentado era un procedimiento perfectamente legal por cumplir todos los requisitos exigidos y esta afirmación es una calumnia mayuscula.

      En la misma linea de calumniar sigue cuando asevera que en dicho centro se criaban otras especies con fines comerciales. En este sentido también patina usted estrepitosamente ya que con mis propios ojos he podido comprobar en numerosas ocasiones el funcionamiento del centro (que conste que soy externo a él) y alli no se criaba nada de lo que usted indica. Puedo aseguarar sin temor a equivocarme, que las condiciones del centro eran las mejores de cuantos centros de cria o rehabilitación de rapaces (publicos o privados) he visto

      Si más le deseo lo mejor y que en futuras intervenciones se informe mejor y no solo exprese una opinión sesgada, injuriosa y sensacionalista.

      Un saludo

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