viernes, 10 de enero de 2014

EL TIEMPO COMO MAGNITUD FÍSICA (10 de Enero de 2.014)



No me refiero ahora al tiempo como la manifestación del clima de un lugar cualquiera, es decir al tiempo como agente meteorológico: frío, calor, tormenta, lluvia, etc. Quiero referirme al tiempo como una magnitud física medible con un reloj, con la unidad llamada segundo: periodo que transcurre entre un momento cualquiera y otro futuro.
En la mecánica clásica, la de Newton, el tiempo se concibe como una magnitud absoluta, es decir, una medida idéntica para todos los observadores. En la mecánica relativista, la de Einstein, el tiempo es una magnitud relativa, cuyo valor podría variar en función del observador concreto.
Pues bien, parece ser que en la vida normal, también  es posible medir el tiempo de una forma relativa por distintos observadores, que aunque estén en el mismo sistema de referencia, su apreciación del tiempo transcurrido puede ser distinta, o por lo menos con distinto valor, aunque duren los mismos si se miden en segundos.
Pondré para que se me entienda un ejemplo: el tiempo de un jubilado como yo y el tiempo del juez Castro.
Desde el último escrito, CAZADOR JUBILADO (2 de Julio de 2013),  han pasado más de seis meses, sin que hasta ahora haya tenido “tiempo y ganas” para abrir el blog y expresar algunas de las ideas que a uno le rondan por la cabeza. Siempre hay algo que uno tiene ganas de plasmar aunque lo lean pocas gentes, pero no siempre está uno inspirado y lo que es más fundamental, con ganas de ponerse a hacerlo. Y eso que en el artículo mencionado expresaba que ahora le podría dedicar algún tiempo más a este blog de “josefelixdecaza@com”, un poco olvidado. También decía que podría cazar más a menudo y de forma distinta y  dedicar tiempo a la guarnicionería y a la fabricación artesanal de algún que otro cuchillo. Bueno, pues he estado todos estos seis meses sin hacer nada respecto al blog, guarnicionería y cuchillería y por lo que respecta a la caza puede que sea el año más flojo de cuantos han pasado desde que cazo, hace ya más de cincuenta años, exceptuando los años que estuve trabajando en Valencia.
Puede que a algunos les parezca extraño y que incluso a otros les entre miedo de llegar a la jubilación y aburrirse de lo lindo e incluso llegar a tener algo de depresión. Desde luego, hasta ahora, g. a D., no es mi caso, y espero que la cosa siga así.
Entre el periodo veraniego, el cual me lo tomé como si de unas vacaciones largas se tratara, y la multitud de cosas que hay que hacer en una casa, todas las mañanas las he tenido ocupadas. Por las tardes no me apetecía hacer nada y dedicaba el tiempo a pasear y leer con toda la tranquilidad del mundo. Además, con una paradoja bastante curiosa: tengo la sensación de que me falta tiempo para hacer todas las cosas que tengo en mente. ¿Cómo es posible que a un jubilado le falte el tiempo? Al principio esta sensación causa cierto malestar, pero después enseguida cambié el chip y me acostumbre sin problemas. ¿Quién no tiene la sensación ó realidad de que se morirá sin terminar todas las cosas que desea hacer? Creo que todo el mundo. No creo que nadie crea que ya tiene en este mundo todo hecho; por lo menos así lo creo.
Claro, que mi tiempo es solo mío, no todo pero casi todo, bastante es de la mujer, y creo que la duración de las tareas que yo haga influirá poco en las personas que están fuera de mi casa.
En otro lugar, aunque en el mismo sistema de referencia, mecánica clásica, está el juez Castro intentando usar su tiempo según su propio criterio. En este caso sí, el tiempo que tarde él en hacer sus tareas influirá bastante en las personas que le rodean y que se relacionan con sus casos: fiscales, abogados defensores, acusadores y del Estado, Instituciones Jurídicas, etc...etc...
Todo esto se me ha ocurrido por el famoso auto del citado juez respecto de la posible imputación de la infanta Cristina Federica. No voy yo a tratar de juzgar si la infanta se merece todo lo que le está ocurriendo, sólo que la pobre debe estar bastante “colada” por el personaje que tiene de marido, para no haberlo mandado ya a tomar por el ……. Otras lo hubieran mandado a las primeras de cambio. Me refiero a la extensión del famoso auto del no menos famoso juez: nada más y nada menos que 277 págs. ¿Es necesario escribir tanto para intentar que no te recurran un auto, en el caso de que lo recurran que sea difícil y, por último, si llega a hacerse que no prospere?
Dicen los profesionales de la justicia que están totalmente superados de trabajo y que se les amontonan los expedientes uno detrás de otro. Pues la verdad, me extraña mucho que al juzgado del juez Castro le ocurra tal cosa. Por una parte, si todos los autos que hiciera fueran de la extensión del citado, necesitaría todo su tiempo para muy poquitos casos y encima acabaríamos con todo el papel del mundo.
Si todos los profesionales del mundo laboral, sea cual fuera su trabajo, dedicaran el tiempo de la misma forma que hace el juez Castro con el caso de la infanta ¿a dónde irían por tiempo? Porque supongo que ahora podrán recurrir el fiscal, el abogado defensor, la abogacía del Estado y puede que alguna que otra Institución más, todos los cuales dedicaran tiempo para leer detenidamente esos 277 folios y dedicar aun más tiempo para preparar el correspondiente recurso, el cual para estar justificado deberá tener como mínimo un número de folios parecido. Después, el organismo correspondiente al que vaya dirigido el recurso, dedicará más tiempo para leer los mismos y dictará la correspondiente resolución que puede que para no ser menos también tendrá su extensión.
Y aquí viene la comparación: si yo, como jubilado, tardo más de la cuenta en terminar una tarea, pocos, excepto mi mujer y yo mismo, van a verse afectados. Pero la justicia si que se verá bastante afectada, si lo que debería resolverse en un año, como máximo, tarda a veces el triple, cuádruple ó más. Podría darse el contrasentido de que un condenado por un juzgado de 1ª instancia, ratificada su condena recurso tras recurso hasta el Supremo, pida el indulto al Gobierno alegando que desde la primera condena ha transcurrido más que tiempo para estar reinsertado: caso de un famoso presidente de futbol.
Cuando un juez se presentó a eso tan horripilante que se llama “oposiciones”, quizás sea lo menos malo, le exigieron una capacidad de deducción, memoria y rapidez de exposición al alcance de pocos mortales. Yo me pregunto, ¿por qué no sigue demostrando esas capacidades en el ejercicio de su profesión?
¡Madre mía de mi alma! Siempre oí decir un refrán o expresión que indicaba que “lo bueno, si breve, dos veces bueno”. Pues parece ser que no, que la calidad y la cantidad deben ir juntas.
Está claro que aunque nos digan lo contrario, el tiempo de un jubilado y el de un profesional, en este caso un juez, no es el mismo; no es una cantidad absoluta sino que es totalmente relativa, aunque no en el supuesto de la mecánica de Einstein.

1 comentario:

  1. Cuando el demonio no tiene nada que hacer, mata moscas con el rabo. Buscate una monteria o una caceria de menor y deja que la relatividad del tiempo se aplique a cada cual de su manera, al juez con la Infanta y a nosotros con un venado de 16 puntas rompiendo monte, echándoselo al lomo y viniendo a cumplir donde se debe, a los pies y verás lo rápido que se nos van esos tiempos, sin pensar en si son relativos o no. Un saludo
    P.d.: ya era hora, espero que en adelante el tiempo se más absoluto y no tan relativo, por lo menos en lo que a la escritura se refiere.

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