miércoles, 3 de agosto de 2016

LA CAZA MENOR SE ACABA: CONCLUSIONES A LA TEMPORADA 2015-2016: IX. Escasez general, a nivel autonómico, de la caza menor


La cuestión es que esta escasez de la caza menor, de la que hemos hablado en los anteriores artículos, no es solo privativa de la Sociedad Local de Cazadores Nª Sª de Tentudía de Monesterio (Badajoz), sino que existe preocupación a nivel regional, en toda Extremadura. En general, en todas las sociedades,  se observa desde hace algunas temporadas la poca presencia del conejo, por no decir nula, y también de la liebre, que presenta oscilaciones de una temporada para otra, aunque siempre en números bastante por debajo de lo que podría considerarse normal.
Lo que parece más preocupante es la bajada que estamos teniendo de la perdiz. Estábamos acostumbrados al conejo, a su escasez, y casi nos habíamos conformados con la escasez de la liebre dado que se podía uno colgar en las cacerías dos o tres perdices; pero claro, eso de salir cinco días de caza y cobrar una sola pieza, una liebre, me ocurrió la temporada pasada, y no tener oportunidad ninguna de echarte a la cara una perdiz, es demasiado.
Así la Federación Extremeña de Caza (FEDEXCAZA), ver http://www.marca.com/blogs/cuaderno-caza/2016/01/21/fedexcaza-busca-soluciones-a-la.html ha mostrado su inquietud por la ausencia de caza menor en la región, hecho que se constata durante el desarrollo de las correspondientes temporadas. Esta preocupación llega, sobretodo, a las especies principales de caza menor: conejo, liebre y perdiz. Respecto al conejo, se asegura que una nueva cepa vírica ha mermado en más de un 80 por ciento las poblaciones existentes de conejo de campo, mientras que las liebres se han visto afectadas también por un "año nefasto de cría" y por varias enfermedades, entre las que se puede destacar alarmarte incremento de casos de cisticercosis  en las liebres. En cuanto a las perdices autóctonas, la situación no llega a la de las dos especies anteriores, pero la escasez es más que evidente. Gallardo, presidente de la Federación, ha abogado por "una estrategia a nivel nacional, mucho más fuerte que cuatro míseros euros de subvención o una moratoria de un año sin cazar", tal como se hace ahora. FEDEXCAZA destaca, entre las acciones emprendidas este año, el trabajo en colaboración con la Administración para conseguir las ayudas para sociedades locales de cazadores, encaminadas prácticamente a la recuperación del conejo, con una cuantía de hasta 14.000 euros por sociedad. Que yo sepa, en Monesterio no se ha aplicado ninguna medida.



Según el artículo, el propósito principal de FEDEXCAZA es: «buscar medidas y un plan autonómico de recuperación para que la caza menor vuelva a la situación de esplendor de antaño en la región. Dentro de este plan o estrategia de actuación para la recuperación de la caza menor, la Federación Extremeña de Caza solicitó a la Junta de Extremadura su apoyo e implicación en la organización del primer "Congreso Ibérico de Caza y Conservación" como una herramienta imprescindible en esta primera etapa.
A través del mismo se pretende sentar una base técnica y científica mediante las conclusiones que se extraigan para, posteriormente, comenzar a trabajar e ilustrar a cotos y gestores. Del mismo modo, durante el encuentro se buscaron otras líneas de actuación, con el fin de continuar trabajando en otras áreas, incidiendo en las mejoras de las poblaciones de conejos y perdices, principalmente. Asimismo, en la reunión, Gallardo expresó una vez más la enorme preocupación y descontento por parte de la Federación y del sector cinegético y ganadero por la falta de autorización para el control del meloncillo, un hecho que sí había ocurrido en las dos temporadas anteriores.
De esta forma, FEDEXCAZA mostró su malestar, puesto que entiende que esta medida es una herramienta primordial para la recuperación de la caza menor y exigió que se vuelva a controlar. Por ello no entiende que no se autorice esta medida, la cual no deja de ser excepcional ya que sólo afecta un centenar de cotos de los más de 3.000 que existen en la Comunidad». 
El problema, caso de que sepamos averiguarlo, no es nada fácil de resolver. Una cosa es evidente: los cazadores estamos “enfrentados” en el sentido descriptivo, no peyorativo, de la palabra, con los ganaderos de la zona, en una situación de total competencia entre la ganadería y la caza. Las altas concentraciones de ganado actualmente en las fincas, con un desarrollo nulo de la agricultura, propician que la caza no se desarrolle adecuadamente. Así, la caza solo se desarrolla en aquellas fincas, o parte de las mismas, en las que la ganadería es menos rentable y que, consecuentemente, tampoco soportan densidades apreciables de caza. Antes, la caza participaba del mismo alimento que el ganado, proporcionado fundamentalmente por siembras y rastrojeras, pero hoy en día al ganado se le echa de comer en comederos a los que, si bien podría acudir la caza, son frecuentados por el principal depredador de ella, el zorro. De esta forma hay un factor limitante en el desarrollo de la caza: la alimentación. De este tema, las interrelaciones entre caza, ganadería y agricultura, hablaremos en alguna otra ocasión.

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