lunes, 22 de diciembre de 2014

MONTERÍA EN “LA VÍBORA”: POSIBILIDADES DE MEJORA


Hace varios años que estoy asistiendo a la montería que se celebra en la finca “La Víbora”, del término municipal de Monesterio, propiedad de los hermanos Pedro y Víctor Flores Pereita. Organiza esta montería José Mª Silva, sobrino político de Víctor, al cual no se le puede negar la buena voluntad que pone en la organización, aunque siempre las cosas son susceptibles de mejora.
Quiero desde estas líneas hacer un poco de crítica a esta montería, que quisiera fuera constructiva, aunque cómo dice el refrán “más sabe el loco en su casa que el cuerdo en la ajena”,  y sirviera, si José María leyera estas líneas, para ayudarle a mejorar esta acción cinegética, por supuesto si le pareciera oportuno.
La finca es una dehesa clásica formada por encinas y alcornoques, que siguiendo la política de hace ya tiempo de desmonte para mejor aprovechamiento ganadero, entonces no se dedicaba para caza mayor, se encuentra casi totalmente limpia, a excepción de algunas barrancas y manchas sueltas desprovistas de árboles. Es por ello que las reses tienden a salirse de la finca nada más sentir el más mínimo jaleo. Como es normal en todas las fincas ganaderas, esta se encuentra totalmente cercada por un cerramiento de pared de piedra, malla electro-soldada y/o alambres de espino, que difiere según veremos más adelante, dependiendo del sitio considerado.
La finca linda al Norte con “Las Peladas”, de la misma propiedad y objeto de otra montería, y  “El Moro Alto”, también de caza mayor; al Este con el camino de Monesterio a Cala, al Sur con “El Moro Bajo”,  también de la propiedad, al este con la finca “La Vicaría”, ya en el término de Cala, y al Noroeste con “Tentudía”, del término de Calera de León.
El cerramiento de la finca en la zona Este, camino de Cala, consiste en pared de piedra con resalto de dos o tres alambres de espino, o bien una cerca constituida por una malla electro-soldada de las usadas en la construcción; estas cercas sólo pueden ser salvadas por las reses de una única manera: saltándolas. La de pared de piedra es bastante difícil, por no decir imposible, dada su altura, siendo la de la malla algo más fácil; pero una vez saltada, la res se encuentra con otros dos obstáculos: el camino y la cerca de la finca colindante. Resultado: es una lotería que una res emprenda una huida para salir por estas cercas. En esta parte la mancha se puede considerar cerrada a la salida de las reses, a todos los efectos. Las mallas que se encuentran en las otras lindes de la finca son bastante más livianas e incluso permiten la salida y entrada de las reses no sólo saltando, sino también colándose entre los alambres o bien por debajo, cosa fácil para ciervas y jabalíes. Por otra parte, las fincas colindantes al Norte, “Las Peladas”, antiguamente plantada de eucaliptus, y al Sur, “Moro Bajo”, están bastante desmontadas por lo que las reses no tienen tendencia a huir por estos lugares. Algo parecido ocurre en la zona Suroeste, también bastante desmontada. Sólo nos queda el Oeste y el Noroeste, fincas que se encuentran menos desmontadas. En consecuencia, las reses tienden a huir por esta parte, la esquina superior izquierda de la finca.
Dado lo descrito, podríamos llegar a la conclusión, acertando casi de pleno, que la mayoría de las reses, al oír el jaleo y, aún más, una vez se vean acosadas por las rehalas, se saldrán de la finca por el rincón de la parte superior izquierda: Noroeste de la mancha. Si miramos en el croquis adjunto, este rincón pertenece a las mejores armadas:  “Vicaría Tentudía”, armada “Las Pepas” y la parte izquierda de la denominada “Umbría del Pilar”. En cuanto a las traviesas, se pueden considerar buena “El Barranco” y aceptable “Carril Nuevo”; dentro de las que se pueden considerar menos aceptables estarían “Cortijo Arroyo del Moro”, parte Sur de “La Solana” y la izquierda de “Cerro Casino”. Por último, serían malas de remate las restantes: “Los Alamillos, “Cerca del Cañito”, y las partes restantes de “La Solana” y de “Cerro Casino”. Todas estas últimas están situadas siguiendo el camino de Monesterio a Cala, descrito más arriba.
A todo esto, si José María lo lee, u otro interesado, me podrán argüir dos razones: en primer lugar que en una montería hay que cerrar la mancha de la forma que sea y en segundo lugar que la economía de la acción lo exige. De acuerdo en lo primero, un bicho se escapa por donde menos se espera, pero no tanto en lo segundo.
Decía en otro artículo de este blog, a propósito de mi asistencia a esta montería el día 13/10/2012, ver artículo anterior, que los puestos de estas armadas se colocaron a lo largo de un camino y por lo tanto con una tremenda facilidad por parte del postor. He dicho más arriba  que esta finca es muy abierta, especialmente en estas armadas, sin monte, con lo que sacar algún que otro puesto fuera del camino hubiera sido de lo más fácil del mundo. Como mucho, bajarse del coche e indicarle al montero la situación de su puesto. En todas las monterías, incluidas esta a la que se puede considerar de “medio pelo”, se deben guardar unas mínimas reglas, entre ellas la seguridad y pensar un poco en la posible satisfacción de un montero, el cual antes del sorteo ha tenido que apoquinar más o menos dinero. Estas armadas de la que hablo no originan satisfacción ninguna.
Creo que los puestos de la armada “Los Alamillos” hubieran sido susceptibles de colocarlos en otra disposición, pero de lo que no cabe la más mínima duda es de la posible mejoría de la correspondiente a la armada “Cerca del Cañito”. El nº 2 de esta armada habría que eliminarlo, ya que como ya expliqué es un verdadero saco: la caza te tiene que entrar de frente, tienes a tu derecha el nº 1 y a tu izquierda el nº 3, adelantados, y detrás la pared de piedra con los resaltos de alambres y el camino vecinal: difícil que entre una res, pero si le da por hacerlo vendría ya tiroteada y además con riesgo físico.
Explicaba también lo fácil que hubiera sido eliminar el saco dentro del cual está el nº 2 de la armada “Cerca del Cañito”. ¡Pero claro!, ello hubiera supuesto perder dos puestos y ¡la pela es la pela!
Ya en el 2012 me quejé al organizador, más con ánimo de que se corrigieran estas armadas que por el simple hecho de protestar. Pero hasta la fecha que “si quieres arroz catalina”.
No escribo de esta guisa de forma gratuita. El día 13/10/2012 fui el “afortunado” montero “agraciado” con el nº 2 de la armada “Cerca del Cañito”. Y como no tuve bastante, al año siguiente, 26/10/2013, me tocó el nº 4 de “Cerro Casino”, y este año, 20/12/2014, el nº 4 de ¿qué armada?, la “Cerca del Cañito”. Tengo una buena experiencia. Por supuesto en las tres monterías me vine “bolo”.


 Por otra parte me permito sugerir otras cuestiones, aparte de las posibles modificaciones en los puestos de estas armadas. Son fundamentalmente tres: la primera referente al orden en el sorteo de las armadas, la segunda el sitio por donde entrar a ponerlas y en tercer lugar la suelta de las rehalas. Está claro que las armadas a las que me refiero, paralelas más o menos al camino de Monesterio a Cala, son armadas de cierre por el hecho de encontrarse en la periferia de la mancha. Pero en este caso presentan una particularidad especial; al estar en zonas donde el monte brilla por su ausencia, y tener un cerramiento inacesible, las pocas reses que estén por la zona escapan al menor ruido hacia el resto de las armadas, con lo cual al poner los puestos se quedan vacías de reses, caso de que hubiera alguna por la zona. Nos pasó el día 20 pasado: dos ciervas y un venado se fugaron hacia el centro de la mancha buscando las huidas naturales de las que hablaba más arriba. Sería bueno considerar que el orden de sorteo de estas armadas no fuera de las primeras; yo las situaría en el centro, más o menos. En segundo lugar, las armadas “Los Alamillos” y “Cerro del Cañito”, las pone un solo postor y comienza por la parte norte hasta completar las dos, una a continuación de la otra. Se debería poner “Los Alamillos” empezando por el Norte y “Cerro del Cañito” empezando por el Sur, de forma simultánea e independiente, para posteriormente poner “Cerro Casino”. Esta acción podría ejercer una presión hacia el extremo de las dos armadas y posibilitar que algunas reses se quedaran entre los puestos y el cerramiento de la finca. Y dejo para la tercera modificación la que creo más fundamental: la suelta de las rehalas. Si no me equivoco, la suelta se verifica en seis puntos distintos: del R1 al R6, señalados en el croquis con flechas dobles de color verde. Las rehalas parten de la periferia hasta su encuentro, más o menos centro de la mancha, y vuelta al punto de partida. Yo eliminaría las sueltas en los puntos R1, R4, R5 y R6, y llevaría todas las rehalas al Oeste de la mancha, hasta llegar a tope, hasta el Este, y vuelta al punto de partida. Esto podría posibilitar que algunas reses, al verse apretadas por un mayor número de perros llegaran hasta las armadas descritas.
En fin, no está en mi ánimo corregir las acciones de los demás, “cada maestrito tiene su librito”, y todos los problemas, a excepción de los puramente teóricos, pueden y de hecho la tienen, mas de una solución aceptable. Pero después de tres años de experiencia mía y del resto de compañeros “agraciados” con puestos en estas armadas, creo que es hora de cambiar el planteamiento y encontrar alguna otra solución distinta de la que propone todos los años el organizador de esta montería.
De cualquier forma, creo sinceramente que José Mª Silva, el organizador, es bastante consecuente en su forma de actuar y le deseo siga organizando esta montería, susceptible, evidentemente, como todas las cuestiones de esta vida, de mejorar cada año.
Aprovecho la ocasión para desear a todos los lectores de estas líneas unas Felices Fiestas y Prospero Año 2.015. ¡Ah!, y que, D. M., no me vuelva a tocar un puesto en estas armadas, sobre todo en la “Cerca del Cañito”.


miércoles, 25 de junio de 2014

EL AYER Y EL HOY DE LA CAZA: TRASLADO A LO ACONTECIDO CON LA SELECCIÓN DE FUTBOL ESPAÑOLA



No sé si lo habré comentado en algún otro artículo de este blog, pero la afición a la caza, algo que me viene de bastante antiguo, finales de la década de los 50, se va resintiendo poco a poco. Puede que las circunstancias que llevan a este deterioro sean varias, pero para mí la fundamental son las condiciones físicas. Es cierto que la experiencia suple en ocasiones esa falta de forma, pero cada vez se da uno más cuenta de lo  que cuesta llegar al vuelo de una perdiz, carear o subir un cerro o acompañar una mano de caza al salto. La mayoría de las veces suele uno coger por el camino más fácil a sabiendas de que se puede perder una oportunidad para abatir una pieza.
Todo esto viene a cuento del fracaso de la selección española en la pasada copa del Mundo. La mayoría de los comentaristas de radio y TV se cerraron en banda en torno a “La Roja”, debo reconocer que no me gusta nada el nombre, para engatusarnos a todos los españoles con el cuento chino de que íbamos a ganar otra vez el Mundial, o cuando menos que nuestras posibilidades eran muchas. Cualquiera que haya analizado un poco la marcha de la selección en los dos últimos años habrá podido darse cuenta de varias cosas: en primer lugar que hay puestos claves en la selección que ya dieron sus mejores años y no me estoy refiriendo a su edad: Casillas, debido a su suplencia, cuyas causas desconozco, ha tenido un año bastante cortito; baste analizar sus últimas actuaciones en la Champions, en la que a pesar de todos los Ronaldos, Pepe, Khedira, Coenträu,  Bezema, Modric, etc, tuvo que salvarle la final Sergio Ramos, un futbolista de Camas (Sevilla). En el mismo sentido Xavi Alonso ha sido un excelente pelotero, pero ya hace tiempo que el Madrid le está buscando sustituto. En segundo lugar, hay futbolistas que no deberían haber ido al campeonato por su evidente falta de forma, bien debido a lesiones o por evidente cansancio; me refiero a Piqué, Busquet y Xavi Hdez  del Barcelona. El primero recién salido de una lesión, llevaba dos meses sin jugar; la evidente falta de rendimiento de los otros dos ha sido la causa de que su equipo, el Barcelona, se haya despedido del año sin un solo título. En tercer lugar, es un contrasentido que se haya llevado a un jugador nuevo, me refiero a Diego Costa, con una lesión reciente y un solo partido de entrenamiento con la selección, y no se haya llevado a Navas, en las mismas condiciones físicas y con más experiencia. Antes que Diego Costa se podría haber llevado a Soldado o Negredo; en este caso puede haber como una promesa de Del Bosque hacia Diego Costa, dado su expresado deseo de jugar con España antes que con Brasil. En cuarto lugar, Del Bosque lo ha dicho en varias ocasiones, a la selección deben de ir aquellos jugadores que estén en mejores condiciones, lo cual no ha ocurrido en esta ocasión. Podríamos citar más inconvenientes: falta de proyecto de la Federación Española, poca aclimatación y entrenamiento para el Mundial, etc..etc...
Pero ahora viene lo mejor; casi todos los periodistas coinciden, ante el estrepitoso fracaso de “La Roja”, vaya nombre,  en que hay que hacer memoria, pues el grupo que falló en el Mundial es el mismo que llevó al futbol nacional a lo más alto del ranking FIFA durante seis años. Este grupo de periodistas tiene bastante parte de culpa en los resultados acaecidos. Me gustaría oír a “El Butanito”, José Mª García, y ver qué piensa de todo esto. García, con todos sus defectos, es (era) un periodista no conveniente para estos tiempos y menos aun para gente que se apoltrona en un sillón, como el Pte de la Federación.
Ustedes se imaginan a este cazador, el que suscribe, consolándose después de haber fallado una perdiz a güevos debido al cansancio después de haber subido una pendiente, pensando en el doblete que hizo cuando tenía cuarenta años, en el mismo sitio. Pues vaya consuelo, ese doblete y algunos lances más quedaran para siempre en el recuerdo, muy agradable por cierto, pero el fracaso de ahora es eso: un fracaso, que en mi caso ya no tiene remedio, pero si en un grupo cuya tendencia natural es la renovación.
En mis tiempos jóvenes me eligieron dos veces para participar en el concurso provincial de caza menor con perro. Se imaginan que papel haría actualmente en mis circunstancias; pues el mismo que ha hecho la selección de futbol: el ridículo.

miércoles, 28 de mayo de 2014

LA DOMESTICIDAD DE LA CAZA. EL EJEMPLO DE LA PERDIZ DE SIERRA MORENA: DOMÉSTICA, SILVESTRE Ó SALVAJE


Antes de meternos en deliberaciones sobre cuál de las denominaciones expresadas es más adecuada a la perdiz de Sierra Morena , será conveniente ver que se entiende por cada una de estas denominaciones en relación con los animales. Consultaremos para ello nuestro Diccionario de la Real Academia Española (R.A.E.)

doméstico, ca. (Del lat. domestĭcus, de domus, casa). adj. Dicho de un animal: Que se cría en la compañía del hombre, a diferencia del que se cría salvaje.
silvestre. (Del lat. silvestris). 1. adj. Criado naturalmente y sin cultivo en selvas o campos. 2. adj. Inculto, agreste y rústico.
salvaje. (Del cat. y prov. salvatge). adj. Se dice del animal que no es doméstico, y generalmente de los animales feroces.

Parece ser que en principio, “silvestre” y “salvaje” serían palabras iguales en su acepción, lo que significaría que expresan la misma condición, llegando a ser sinónimas. Pero hay en la definición de la RAE algo que las distingue; al referirse al adjetivo “salvaje” añade algo que no contempla en el correspondiente de “silvestre”: es la palabra fiero.
Estoy totalmente de acuerdo en lo expresado en el párrafo anterior y de acuerdo con ello tendríamos piezas de caza a las que consideraríamos como “silvestres” y otras para las que la denominación de “salvaje” sería más adecuada. Pensemos, siempre en nuestro terreno, sin necesidad de acudir a países exóticos,  en piezas de caza como un inocente conejo y un agresivo jabalí.
Una definición más en consonancia con los nuevos tiempos, sería la que considera a la fauna doméstica, o fauna sometida a domesticación, a las especies sometidas al dominio del hombre, teniendo este dominio como objetivo la explotación de la capacidad de diversos animales de producir ciertos recursos. Es indudable que un venado criado en un cercón  produce, aparte del aprovechamiento de la carne, una diversión cinegética; al fin y al cabo un recurso, con lo cual se le podría considerar, como poco, animal sometido a domesticación.
Por otro lado, la fauna “silvestre” y “salvaje” sería aquella que vive sin intervención del  hombre para su desarrollo o alimentación.
En la realidad, la consideración de doméstico, silvestre ó salvaje, no deja de tener su simpleza, existiendo situaciones que se encuentran en medio de ellas: animales sometidos a domesticación, semi-domésticos y semi-silvestres o semi-salvajes, más cerca o más lejos de cada una de las situaciones iniciales.
Deducimos por tanto, que la consideración de denominación de “doméstico” lleva aparejada la intervención del hombre, en mayor o menor grado, sobre un animal que en su origen tenía la situación de “silvestre” ó “salvaje”. Es evidente que cuando esta “presión” ejercida por el hombre deja de ejercerse, el animal en cuestión, en este caso “doméstico”, puede llegar a ser lo que era en sus orígenes, “silvestre” ó “salvaje”.
En la situación de “semi-domésticos” ó en proceso de domesticación, podríamos encuadrar a la mayor parte de la fauna  que es objeto de caza por parte del hombre en la actualidad. Constituyen poblaciones “silvestres” ó “salvajes” sobre las que el hombre ejerce una presión relativa conducente a mejorar sus condiciones generales de vida para provecho propio, en este caso el ejercicio cinegético.
Cada vez con más frecuencia, los animales sujetos al ejercicio venatorio son mas ganadería que animal silvestre: ocurre con la suelta de perdices de granjas, ídem de conejos, venados y jabalíes, aporte de comederos y bebederos en los cotos, eliminación o total control de depredadores, cercas cinegéticas que impiden el intercambio con otros cotos, etc. etc..
Todo como consecuencia, por una parte, del aumento de los cazadores, demanda, dispuestos a “matar” antes que “cazar”, y del deseo, oferta, completamente justificado, de los propietarios por sacar beneficio de sus fincas. En definitiva, no deja de ser una pareja más de oferta/demanda del mercado que nos engloba.
Debido a estas cuestiones, se habla mucho últimamente de este tema: la domesticidad en la caza. Veamos el ejemplo de la perdiz roja en las últimas estribaciones de Sierra Morena: un proceso contrario a lo que hemos expuesto anteriormente.
Una cuestión que influye notablemente en el aumento de la domesticidad es su abundancia. Esos bandos de perdices a peón, al igual que las piaras de guarros, rebaños de venados, muflones, etc., que se ven en muchas fincas, constituidas en cotos intensivos, pasando por delante de nuestros coches cuando vamos por los caminos o agrupados en los comederos como si se tratara, en realidad lo son, de animales de granja, hacen que el animal se vuelva cada vez mas manso, cada vez mas doméstico, debido fundamentalmente a la cercanía con el hombre, en el cual busca, gran parte del año, protección y desarrollo.
Es exactamente todo lo contrario que sucede en las fincas, que aun siendo cotos de caza, son poco rentables en el sentido agrícola o ganadero y pasan a constituirse en cotos exclusivos que pueden ser rentables económicamente.
Son esas fincas que, antiguamente, cuando yo empezaba a cazar hace ya más de 50 años, con una ganadería y agricultura poco desarrollada, dedicaban una parte a las labores agrícolas, normalmente un cuarto o un quinto, y el resto al mantenimiento de una ganadería extensiva, supeditada exclusivamente a lo que diera el campo. Sólo se le permitía una pequeña ayuda en épocas puntuales de escasez o bien cuando las condiciones particulares del ganado lo requirieran: algo en la paridera y también en el cebo,  antes de la venta de los productos. La ayuda procedía, siempre, de los productos cosechados en la propia finca, en la parte agrícola. Era lo que los grupos ecologista, o como se llamen, hubieran llamado hoy en día una economía sostenible. Permitía una economía aceptable del agricultor-ganadero, generalmente de subsistencia, sin que supusiera quebranto apreciable para la naturaleza.  Las fincas, aun en las épocas malas, mantenían una cobertura vegetal aceptables.
Yo, que debido a mi edad, conocí esa situación, puedo hablar con propiedad de lo que ocurría en esa época y como se desarrollaban los acontecimientos, fundamentalmente la actividad cinegética.
El respeto del agricultor/ganadero de esa época por la naturaleza era total, no se usaban productos fitosanitarios y que yo recuerde los abonos más populares era el famoso Nitrato de Chile, el Sulfato potásico o alguno que otro de tipo fosfato, en su mayoría de procedencia natural. Eran los tiempos del majadeo , los tiempos en que se valoraban algunos objetos o utensilios que hoy, en la mayor parte de los casos, son verdaderas basuras en las fincas. Me refiero a cosas tan útiles, entonces, como las cuerdas, los alambres y los envases en general. Eran los tiempos de las alforjas, los costales, los cuernos para el aceite y el vinagre, etc...etc... Hoy son los tiempos de la bolsa y la botella de plástico.
Pues bien, seguiré con la domesticidad de la caza antes de desviarme del asunto. Como decía, en este tipo de explotación, totalmente sostenible, se daban condiciones totalmente distintas a las que tenemos en la actualidad:

Los trabajadores del campo residían normalmente en él y además en mayor número: en los cortijos se constituían verdaderos núcleos de población.
Se cultivaba anualmente una parte de la finca, lo que producía disposición de comida en épocas de escasez y rastrojeras en el verano. Igualmente el abonado y laboreo incrementaba la producción de hierba en cantidad y calidad.
El abastecimiento de agua era a base de fuentes naturales, las cuales posibilitaban abrevar conjuntamente ganado y caza. El hombre mantenía estos puntos de agua con muy poca transformación, sólo los acondicionaba para mejor aprovechamiento.
Debido a la presencia del hombre en el campo y a los precios de las pieles de los depredadores y también, en ocasiones, pagos por las capturas de alimañas, los depredadores de la caza eran escasos y se hallaban lejos de los núcleos de población, las cortijadas.

Debido a estas circunstancias, la caza menor, entonces la mayor brillaba por su ausencia, se criaba cerca del hombre, ya que este sin quererlo le brindaba alimento y protección. Era corriente que en las cercanías de los cortijos se criaran más de un bando de perdices y que al acarrear agua de la fuente, me sucedió mucho en mi juventud, salieran de ellas los bandos de perdigones juntos con su madre.
Las familias en aquella época se abastecían prácticamente de lo producido en el campo, más en Monesterio, que presentaba una agricultura bastante diversificada: zonas de monte, dehesas, olivares, huertas, frutales, cereales de secano, leguminosas, etc., al igual que la ganadería: ganado ovino, vacuno, caprino y fundamentalmente el cerdo ibérico, base y sustento de la familia durante todo el año. La carne de los rumiantes era poco consumida en el pueblo; su venta se dedicaba para la obtención de productos no manufacturados en el mismo y otros servicios.
Cuando llegaba la época de apertura de la caza de la perdiz yo recuerdo que los bandos siempre careaban a los mismos sitios. Su querencia y hábitos eran prácticamente invariables: con unas buenas piernas y, más aún si llevabas un buen perro, no era difícil hacer buenas percha de perdices, sólo limitadas por las disponibilidades económicas, por cierto bastante escasas, por no decir escasísimas: la mayoría de las veces con sólo dos o tres cartuchos en el bolsillo. Se había producido lo que comentaba más arriba: un proceso de domesticación de un animal silvestre, en este caso la perdiz.
Pero llegó el desarrollo, la entrada en la UE, las subvenciones, a las que nadie puso pegas y menos yo, y las condiciones dejaron de ser las que eran para convertirse en estas otras:

Los ganaderos extensivos abandonaron la agricultura, posiblemente debido a la mecanización, difícil en estos terrenos, y se dedicaron totalmente a la ganadería.
Todas las fincas, sin excepción, se vallaron de alambres de espino y mallas cuadriculadas, había que ahorrar mano de obra, inabordables para el ganado, están para eso,  pero también para el hombre, los perros y parte de la caza. Una de las basuras más frecuentes en el campo, son los restos de las alambradas nuevas y la totalidad de las viejas, que no las retiran.
Las cortijadas, como asentamiento de familias desaparecieron. La mayoría están hechas ruinas y algunas, muy pocas, se han convertido en viviendas de recreo. El campo está abandonado.
Los puntos de agua, fuentes y pilares de antaño, que a tantos caminantes sedientos dieron agua fresca, se han perdido y ahora se saca el agua de pozos de sondeo inabordables para el ganado, a no ser con dispositivos mecánicos que permiten abrevar a la ganadería y no a la caza.
Las subvenciones de la UE a la ganadería ha llevado a esta de pasar de un régimen totalmente extensivo a otro casi intensivo, acompañado de un incremento excesivo de la cabaña ganadera.
Comienzan a proliferar las fábricas de pienso: los envases, o sea sacos y derivados, que antaño eran objetos caros y codiciados, pasan a convertirse en algo menos que basura. Los clásicos cuernos, usados como aceiteras en la antigüedad, y las clásicas alforjas, son piezas de museo. El cristal y las bolsas de plásticos abundan por doquier.
Las cuerdas de rafia y alambres, procedentes de las pacas de paja y heno compradas para el ganado, tan necesarias antaño, se amontonan como basura en cualquier parte de las fincas.
La ganadería se incrementa, debido a las subvenciones, si cabe más aún. Los campos quedan arrasados, la cobertura vegetal, en algunas fincas, ha desaparecido, incluso en ciertas épocas como la primavera.
Aumenta el número de cazadores y, lo que es peor, sus disponibilidades. Se pasa de llevar una escopeta de un caño y dos o tres cartuchos en el bolsillo, a una repetidora y canana llena a rebosar,  de servirse única y exclusivamente de las piernas a disponer de vehículos todo-terreno que te llevan a cualquier sitio por lejano y difícil que se encuentre.

Todo esto lleva a que los agricultores pasen por una época de expansión, las importaciones de cereal compensan la poca producción nacional y encima, debido a los precios externos, los piensos resultaban económicamente rentables para el ganadero, actualmente no tanto, ya no compran el alimento para el ganado a las empresas particulares, entiéndase otras fincas. Los pueblos, cual si de reinos de Taifa se tratara, montan las famosas cooperativas de moda, en algunos pueblos más de una, cuando lo suyo era haber montado una para varios pueblos, pero aún los precios del ganado sin ser altos compensan, dado el incremento del número de cabezas y las subvenciones, etc., etc.
No se dan cuenta que las subvenciones que reciben no van a ser eternas, que cualquiera se mete a ganadero porque la competencia no estriba en ser mejor que el otro, sino en el cobro de la dichosa subvención, que aunque la recibe directamente el ganadero, está indirectamente destinada al consumidor que ejerce de tal porque el precio sigue siendo barato.
Todo el mundo tenía una alegría desbordada, los bancos daban créditos a diestro y siniestro. Al igual que los ganaderos, las constructoras y promotoras inmobiliarias se desbordan y comienzan a construir allí donde va a ser muy difícil vender, etc., etc. Aparece una nueva figura en el campo: “el cazador snob” con alto poder adquisitivo, que se dedica a la caza por novedad.
Y, cómo no, llega la crisis, el consumo se viene abajo, los ganaderos se tienen que “comer” el exceso de ganado, los precios son los de hace 15 o 20 años, los piensos están por las nubes, ahora resulta que la fábrica de pienso ajena, más moderna y de mayor producción, te deja el pienso más barato que la tuya y las cooperativas están en quiebra porque los ganaderos no pagan y la gestión no es la más adecuada.
Los bancos son arrastrados por las inmobiliarias que les dejan las urbanizaciones a medio construir sin posibilidades de venta: “ahí las tienes, les dicen los promotores a los bancos, esa garantía me pediste y como tal te las devuelvo”. Y el banco se lo tiene que comer con “papa”.
Vuelvo a apartarme de la cuestión, la domesticidad de la caza.
A estas alturas, las fincas están arrasadas, se está perdiendo la cobertura vegetal herbácea, y no sólo no se reproduce la arbórea debido a la carga ganadera, sino que las talas descontroladas, para alimentar el exceso de ganado, están acabando poco a poco con la dehesa de Extremadura, supongo que también con la de Andalucía y la del resto de España. Yo, particularmente, cada vez que voy de caza, noto año tras año la ausencia de alguna que otra encina, alcornoque o árboles de ribera. Eso sí, el componente arbustivo de las sierras, retamas, escobas, jaras, jaguarzos, aliagas, etc. etc., ha cubierto casi totalmente estas zonas, debido a que el ganado intensivo, acostumbrado al corral y al costal, ya no vale para estos aprovechamientos.
Y ya llego a las conclusiones que quería: la ganadería casi intensiva, presente en los terrenos favorables y antaño cercanos a las cortijadas, ha arrasado el suelo y ha desplazado a la caza hasta las sierras no aprovechables y totalmente cubiertas de monte. La perdiz ha pasado de habitar en un nicho donde se le protegía de los depredadores, tenia agua fresca y abundante a su disposición, comida y cobertura suficiente y disfrutaba de la compañía de los hombres, a vivir en un sitio inhóspito, donde no llega la ganadería, la cobertura de monte mediterráneo no deja crecer a las leguminosas y gramíneas, que fueron su sustento, la escasez de agua es notoria, sobre todo en época de cría, las alimañas, zorros, águilas, meloncillos, etc., campan por sus respetos, sin nombrar a los jabalíes que van en aumento. Algo parecido le pasa a la liebre, ha pasado de la tierra de calma al monte, cual si de conejo se tratara. En realidad lo que busca es refugio.
Todo esto ha sido la causa de que la perdiz nuestra, la de Sierra Morena, haya pasado de ser un animal casi doméstico,  a convertirse no ya en el animal silvestre que fue, sino en uno casi  totalmente salvaje, no estaría mal decir asilvestrado o asalvajado, porque ese es el calificativo que mejor lo describe. Una perdiz que ya no sabe lo que es un grano de trigo, avena, cebada, veza u otro de los cultivares más comunes.
Una perdiz que a diferencia de su antepasada, se arranca, las más de las veces fuera de tiro de la escopeta, que cuando la ves volar e intentas llegar a donde ha apeonado, primero porque el vuelo fue más largo de lo normal y sobre todo porque ha apeonado un sinfín de metros o ha vuelto a volar sin que la veas, no lo consigues,  una perdiz a la que nunca llegas a levantar en un segundo vuelo, y que si llegas a hacerlo lo hace fuera de tiro, igual que la primera vez, una perdiz que para cuando tu llegas a ella ya se ha ido, ha tenido tiempo y mas que tiempo para descansar y tu llegas cansado, una perdiz que te puede aunque tengas unas buenas piernas, una perdiz que no da tres vuelos, como la de antaño, una perdiz que vuela una sola y única vez para perderse de tu vista y no volverla a ver  en toda la jornada, una perdiz que cuando se arranca suele hacerlo fuera de tiro, una perdiz que más parece un reactor que una gallinácea gorda y rechoncha. En definitiva, un demonio, un diablo con el que se sueña uno día y noche y que si tiene uno la suerte de sorprender a una ó dos en una cacería de ocho horas de bajar y subir por terrenos sucios y pedregosos, ya te puedes dar por satisfecho.


Vemos en las cuatro fotos adjuntas, cuatro  etapas de la vida de una perdiz.  La primera,  un nido perfectamente camuflado entre los cardos y diversas hierbas y abrojos propios de la primavera. La segunda un pollo recién roto el cascarón, recién eclosionado, suave, delicado, expuesto a las inclemencias del tiempo, enfermedades y a los depredadores, pocos llegan a adultos, la tercera los pollos ya casi adultos, los llamados igualones, y la cuarta una perdiz adulta, recia, dura, resistente a la sequía, a los depredadores, a la falta de alimento.
Nadie sabe la serie de vicisitudes por las que pasa una perdiz hasta llegar a adulta: climatología (lluvias, tormentas, riadas, calor, frio), depredadores (zorros, jabalíes, culebras, ratas, meloncillos, águilas), enfermedades diversas, falta de alimentación y bebida, etc..etc.. ). El nido tiene 11 huevos, si llegan a igualones cuatro o cinco de media son más que suficientes.

Y al final de todo, una perdiz musculada y recia, necesitada totalmente del concurso de la Olla Express y de una buena dentadura, una perdiz que no vale para la receta de mi tía Martina: “Perdiz en salvia”, hecha en un puchero con un poco de aceite, vino, una cucharadita de vinagre, una cabeza de ajos, sal y una ramita de salvia, al calor del carbón, ¡claro! Estaban tiernas y sabrosas como ellas solas. Estas salvajes, no silvestres, no nos equivoquemos, son excelentes para la caza, fuertes y escasas, dan batalla y lances  espectaculares, pero luego en el plato son duras, secas e insípidas como ellas solas. Yo últimamente las pongo en el cocido, donde con la cocción prolongada, por supuesto olla Express, consigo ponerlas tiernas y después junto con el tocino, el chorizo y la morcilla no están tan fibrosas. En la pringá están buenísimas.
En definitiva, la perdiz de la que hablo ha pasado a sus orígenes, ha perdido ese componente doméstico que le daba la proximidad del hombre, protección contra los depredadores, ese suplemento alimenticio dado por una agricultura de subsistencia, el agua proporcionada por las fuentes casi naturales encauzadas por el hombre, etc..etc... En consecuencia, se ha vuelto escasa, bastante escasa, condición fundamental para que la caza sea considerada como tal. Sólo espero poder tener algunos años más de disfrute de esta “salvaje”, disfrute condicionado por la forma física, cada año más escasa debido a la edad. Ley de vida.

lunes, 19 de mayo de 2014

ANÁLISIS DE LA TEMPORADA PASADA (2.013-2.014) – IV y último


e) La mayor

Respecto de las monterías decir que este año he asistido a más que en anteriores ocasiones y que en general han sido bastante buenecitas en general, pero por lo que a mí respecta bastante escasitas, por no decir decepcionantes.
Comentar que a pesar de tener permiso de rececho del jabalí, en la Sociedad Local de Monesterio, hasta final de año, no ejercité dicha modalidad por las exigencias que esta modalidad de caza impone: estar en el sitio y analizar el terreno varios días antes.
También hubo, en la misma sociedad, posibilidad de rececho de un venado en berrea, pero no fui agraciado en el sorteo. De cualquier forma se ha demostrado el fracaso de esta modalidad: de diez permisos, un sólo venado cobrado y encima de sólo 10 puntas: pobre y bien pobre.

La pepa del Mero (12/10/2013)
12/10/2.013: Montería en El Real de la Jara, finca “La Cebra”, invitados por Manolo Gil. Un solo disparo a un zorro. Estuve con Mero que tuvo la oportunidad, que aprovechó, de cobrar una cierva.

26/10/2013: Montería en “La Víbora”, t.m. de Monesterio: sin disparar.



01/11/2013: Montería en “El Machado”, t.m. de Monesterio. Una montería que en lo general se dio de forma aceptable, pero en lo particular fue bastante insípida. La rehala que debía batir el terreno de mi armada, a la vuelta, en vez de volver por el sitio adecuado lo hizo por el camino: ley del mínimo esfuerzo. Una imagen muy pintoresca, la del perrero a la vuelta, pero bastante triste para el montero que ve como se le esfuman sus últimas posibilidades.
Una visita al dentista (12/10/2013)
12/10/2.013: Montería en El Real de la Jara, finca “La Cebra”, invitados por Manolo Gil. Un solo disparo a un zorro. Estuve con Mero que tuvo la oportunidad, que aprovechó, de cobrar una cierva.

26/10/2013: Montería en “La Víbora”, t.m. de Monesterio: sin disparar.



01/11/2013: Montería en “El Machado”, t.m. de Monesterio. Una montería que en lo general se dio de forma aceptable, pero en lo particular fue bastante insípida. La rehala que debía batir el terreno de mi armada, a la vuelta, en vez de volver por el sitio adecuado lo hizo por el camino: ley del mínimo esfuerzo.

El regreso de los perros: por el sitio
 más cómodo, el camino. Muy pinto-
resco, pero decepcionante para las
 posturas
Resultado en el Machado












02/11/2013: Montería en “El Castillo” con la Sociedad Local de Monesterio: nada de nada.

15/11/2.013: Montería con Manuel Expósito. Servicios Cinegéticos, Finca “La Picota”,  Guillena (Sevilla). Parece ser que en esta finca quieren hacer desaparecer los venados y de entrada dieron permiso para disparar sobre cualquiera de ellos, incluidos ciervas y varetos. Me tocó un puesto en la traviesa central, deseado por el resto de los monteros, pero como debo tener “yuyu”, al final los guarros estaban en otra traviesa donde se divirtieron de lo lindo mientras desde mi armada nos limitábamos a oír los tiros. Al final se me arrancó un vareto desde atrás y no pude resistirme.

21/12/2013: Montería en “La Padrona”, t.m. de El Real de la Jara, invitados por Manolo Gil. Nos llevaron a una armada de traviesa y a pesar de que se movieron bastantes guarros sólo disparé una vez a un guarrete totalmente tapado. Las posibilidades con los guarros, dada la abundancia de monte fueron muy escasas: otra cosa hubiera sido con los venados que se ven por encima del monte, pero estos brillaron por su ausencia. De cualquier forma una montería, a pesar de haber disparado en una sola ocasión y muy tapado, de la que salí con excelente sabor de boca: los perros se movieron bien y se barruntaron bastantes guarros.

22/12/2013: Montería en el “Montón de Trigo”, t.m. de El Real de la Jara, invitados por Manolo Gil. Aburrimiento total.

25/01/2014 de Enero, batida de guarros en el Peñón de Algámitas (Sevilla), finca “La Rabitilla”. La primera vez en mi vida que acudía de montería a esta comarca, invitados por la sociedad de Algámitas. Nos dijeron que había cantidad de guarros cruzados en el campo, pero al final sólo se vieron jabalíes y además en otra armada. Hubo noviazgo por partida doble.

Los guarros de Algámitas

Juicio sumarísimo: los reos escuchas "aterrados" la exposición de los
 hechos por parte del fiscal, en este caso el presidente de la 
Sociedad de Algámitas. Curioso el sambenito que portan: la careta 
de la "victima" 

Día 9 de Febrero, montería en la finca “el Puerto”, Almadén de la Plata (Sevilla). Curioso lo de esta montería. Nos avisaron de que se había suspendido a las dos horas de estar puestos y hartos de agua.

Grupo escultórico en el centro de Almadén de la Plata. "El Rehalero",
escultura de Jaime  Mate  Gallego. Tiene varias en el pueblo.
Delante el "Paquino", otro compañero de fatigas.

Día 15 de Febrero, montería en la finca “El Machado”,  Monesterio (Badajoz). Esta vez no solo fue una montería mala en lo particular, también en lo general.

Día 16 de Febrero, montería en la finca “La Víbora”,  Monesterio (Badajoz). Se suspendió de forma anticipada.

En conclusión, nueve monterías en total sin pena ni gloria.

f) Conclusiones generales a la temporada

En definitiva, a la vista de lo acontecido la temporada pasada, las cosas se presentan con bastantes nubarrones.
La afición comienza a resentirse: el deterioro físico, al que se añade la escasez en la caza, propician que cada vez tenga uno menos ganas de salir al campo. De cualquier forma y a pesar de todo todavía queda algo, la afición a la caza sigue siendo grande, muy grande diría yo. Pero entre la crisis, la escasez de caza y la merma de las condiciones físicas no se qué pensar.
Comienza a producirse el relevo generacional: Pablito, el niño del Dalí, le está dando fuerte. A ver si es capaz de aguantar. Diversiones y buenas compañías no le faltan, así que si sigue cazando es que es de los legales. No era lo mismo en nuestra época, íbamos a cazar por no tener donde ir.

Nido de perdiz (Foto J.J.S.)
La caza menor, por lo menos en Monesterio, sin gestión cinegética alguna, se acaba. Las perdices que existen son testimoniales y no creo se recuperen. La solución pasa por tener otro coto. La temporada pasada se presentó una oportunidad en Sevilla, pero al final Mero decidió que no y yo no voy solo; de cualquier manera algo habrá que buscar.
No es que cualquier tiempo pasado fuese mejor, aunque sí. Pero ya es mala suerte que siendo un cazador que hace a todo, “pelo y pluma” como se suele decir, tenga tan poco éxito. Nunca he sido cazador de perchas abundantes, salvo honrosas excepciones, pero en estos tiempos que corren parece ser que lo más normal es que se sucedan monterías tras monterías sin disparar, días de caza al salto en los que cobrar una pieza es un éxito y de las migratorias que decir: hacer una percha de 10 ó 12 zorzales es todo un éxito.

La foto de la izquierda es todo un canto a la esperanza: un nido de perdiz, de esta temporada, foto de anteeayer, perfectamente disimulado. Tiene 11 huevos. ¿Cuántos pollos saldrán adelante? Todo un misterio. Esperemos que el canto de esperanza no se convierta en un canto al sol. Estamos a 19 de Mayo y no cae una gota de agua desde el día 20 de Abril, fecha en la que sólo cayeron unos 10 mm. Un mes sin agua y con temperaturas máximas por encima, algunas veces bastante por encima, de los 25ºC. Serán los pollos, los del nido, si salen, capaz de aguantar. Ya veremos.


jueves, 15 de mayo de 2014

ANÁLISIS DE LA TEMPORADA PASADA (2.013-2.014) – III

e) Zorzales y palomas

De los zorzales ni siquiera vale la pena contar algo. Llevamos los últimos años verdaderamente increíbles. Hay que tener en cuenta que si por algo se distinguieron hasta no hace mucho los terrenos de la Sociedad Local de Monesterio, es por su abundancia de pájaros. Estos terrenos reúnen dos cosas fundamentales para que el pájaro se encuentre a gusto: en primer lugar abundancia de comida, olivos de sierra donde encuentran su alimento favorito, la aceituna, y en segundo lugar terrenos cercanos de monte ideales para pernoctar y de camino, si el clima es húmedo, encontrar multitud de insectos, su otro alimento preferido.
Pero de un tiempo a esta parte, el pájaro ha ido disminuyendo, sin prisas pero sin pausas. El nº de pájaros cobrados en las últimas seis temporadas, anteriormente no tengo contabilizadas, se reflejan en el cuadro de más abajo.
Como se puede comprobar hay que tener bastante afición para meterse un madrugón de aúpa, hay que levantarse sobre las cinco de la madrugada, echarse al cuerpo una cochada de 100 km., gracias que es autovía, pasar un frío del carajo, en Monesterio es lo más normal  y volver para Sevilla para presentarse a la vuelta con una media de ocho pájaros.
Hay días en que la visita al campo, comer al aire libre y charlar con los compañeros ya dan por justificadas todas las molestias, pero otros…… Eso sin tener en cuenta las riñas de la mujer y también, por supuesto, los gastos acarreados.

Temporada 

de  Zorzales

de  Jornadas
Media
pájaros/jornada
2008/2009
56
5
11
2009/2010
57
5
11
2010/2011
16
4
4
2011/2012
8
1
8
2012/2013
91
11
8
2013/2014
29
4
7

La temporada 2012/2013, no es que el campo reventara de zorzales, pero si los suficientes como para mantener la afición y juntar en toda la temporada, 11 jornadas, cerca de la centena. Jornadas cortitas de pájaros, pero desarrolladas con bastante disfrute. Que hubiera yo pensado hace quince años, cuando cazábamos, grupo de Manolo Otero, el Vito, el Paquino y el que suscribe, de 200 a 300 zorzales cada domingo;  raro era el día que bajaba el grupo de 50 pájaros de media por cazador y eso teniendo en cuenta que el 80 % de la caza la matábamos el Vito y servidor; Otero y Paquino eran meros acompañantes testimoniales. Como sería la cosa, que le propuse al Paquino, después de tener en casa más de 300 pájaros congelados, que ya no volvía, que no sabría qué hacer con la caza; al final buscó un recovero, entre 80 y 100 pesetas el pájaro, para venderlos y me convenció para seguir cazando. Ha sido la única vez en que he procedido a vender caza.
Hasta no hace mucho tiempo, dado el éxito cinegético, digamos que pésimo, de los demás tipos de cacerías, siempre esperaba uno confiado en resarcirse de los zorzales. Ya uno no espera nada de ellos.
Una perchita, 8 o 10 pájaros, que puede considerarse
un éxito
Esta temporada, el primer día, en el basurero, no se dio mal del todo. El segundo, otra vez en el basurero, me lo perdí a causa de la malograda montería de Calera de León, aunque participé un rato por la tarde. La cuestión es que me entusiasmé y aunque disponía de un cajón de cartuchos, diez cajas, del año anterior, fui al “tartas”, armería Merino, y le compré, ni corto ni perezoso, dos cajones, o sea 20 cajas. Por cierto, Antonio, el dueño, me saludó efusivamente, dado el tiempo que hacía no me veía, más de dos años. De seguir así no me volverá a ver en bastante tiempo.
Respecto de la torcaz, se oían rumores en el pueblo de que se movían en la sierra algunas “pitarras” de palomas. De hecho algún que otro cazador, entre ellos mi primo Cachorrro, regresaban, alguna que otra mañana, con perchas de 4, 5 ó 6 palomas. Pero claro, después de mantener un cimbel con varias palomas todo el año, y tener información mas que exhaustiva de donde se carean las palomas; quien algo tiene, algo le cuesta. Si quieres matar conejos has de tener un perro adecuado; pues igual para las paloma, la única manera de atraerlas es con reclamo. Así pasó en la única jornada que tuve en compañía de mi sobrino; vimos pasar algún que otro grupo, pero todos fuera de tiro.
Algún día contaré algo de los zorzales y de las palomas.
El próximo apartado contaré algo de los zorzales y las palomas
Comiéndonos el "taco",  después de una de las jornadas poco afortunadas.
El "Mero", Pablito (hijo de Dalí) y Dalí. El que suscribe está detrás de la cámara



martes, 6 de mayo de 2014

Empresa Pública&Empresa Privada


He hecho notar en otros escritos de este bloc la importancia que tiene para mí las inversiones realizadas por las empresas privadas respecto de las publicas.  Así dije, blog de fecha 7/Febrero/2013, que se estaba regenerando mas el lince en Sierra Morena que en Doñana, sobre todo porque en esta última la presión de la Administración pública era mas acusada respecto a la primera, donde se hacia notar bastante la mano de de algunos empresarios agrarios y también de las sociedades de cazadores.
Aunque lo que expongo a continuación no tiene relación con las actividades cinegéticas, si es un ejemplo de lo que expongo en el primer párrafo.
En el “ABC” de Sevilla del lunes, 28 de Abril de 2.014, escribe, como todos los días, en el apartado de opinión “EL RECUADRO”, el célebre escritor D. Antonio Burgos, un artículo titulado: “¿MÁS AUDITORIOS, HIJOS MÍOS? Sevilla infrautiliza las 80.000 plazas de auditorios que tiene, ¿a qué hacer más locuras con 20.000 plazas más?”
Leo con bastante frecuencia, casi todos los días, al Sr. Burgos y reconozco que hay que tener cierta sabiduría para poner, día a día, un artículo en el periódico. Y hay que reconocer también que no todos los días se está igual de inspirado y que debido a la frecuencia con que se escribe, hay artículos a los que se le puede considerar geniales y otros a los que no tanto. Este del lunes 28 del corriente es de estos últimos. No voy a criticar el artículo del Sr. Burgos en cuanto a la forma; sería todo un atrevimiento siendo el que suscribe un verdadero neófito en el arte de escribir. Pero si me voy a tomar la libertad de hacerle crítica en el fondo.
Creo, Sr. Burgos, que aunque Sevilla esté repleta de auditorios, están todos ellos pensados más con el c… que con la cabeza y  no hay ninguno que se adapte a las características del que parece ser está en proyecto.
Como Vd. nombra, tenemos hasta cuatro auditorios posibles: el Rocío Jurado, el de Fibes, el de SGAE y el Estadio Olímpico, la obra faraónica del Sr. Rojas. Parece ser, y estoy de acuerdo, que ninguno de ellos vale para un concierto de las características del que se quiere proyectar.
Y ¿Sabe Vd. por qué no vale ninguno? Porque, como dije más arriba, se pensaron con el c…, porque se hicieron con el dinero de todos los  contribuyentes, porque su función principal fue la de recibir a un político en campaña electoral para su inauguración.
Respecto a que en Sevilla no cabe ni un mangazo, que yo sepa, los terrenos donde se va a ubicar el proyecto denominado “Sevilla Park Arena”, o como quieran llamarlo,  se harán por parte de una empresa privada y en la realización de dicho proyecto la administración pública sólo debe intervenir para conceder los correspondientes permisos, si hubiera lugar a ello; y físicamente los solares donde se quieren ubicar sólo sirven para que de año en año aparquen los coches de la Feria, con lo que su utilización es de una semana al año. Y ¿sabe Vd. por qué, según ciertas personas, estas instalaciones son necesarias? Porque están pensadas con la cabeza y no con el c…, porque la inversión que se va a hacer en ellas son de procedencia privada,  porque habrá estudios, a los que yo no llego, que pueden hacer rentable la inversión, porque generaran puestos de trabajo en la inversión y en la explotación, etc., etc.. Y lo que es más importante: no hay riesgo financiero para los sevillanos. 
Las "Setas" de Sevilla, denominado "Metrosol-Parasol": ni es
 metro ni para el sol. Un verdadero "bodrio". No vale para nada.
Entre unas cosas y otras casi 120.000.000 € a la basura.
El tranvía de Sevilla, denominado por los sevillanos "el tren
de la bruja".  Una persona que ande ligera llega antes. La
catenaria estorba para la Semana Santa y han de desmontarla
 y volverla a montar para que puedan desfilar las procesiones.
Puede haber mayor sinsentido. Otros 100.000.000 €
Porque, Sr. Burgos, Vd. sabe mejor que nadie la cantidad de inversiones que se han hecho en Sevilla en los últimos años a las que no le veo utilidad alguna; basten dos ejemplos: las “Setas”, o lo que sean, de la Plaza de la Encarnación, convertida en “Plaza Mayor”, otro pensamiento del c…, y el “Tranvía” del centro, al que todos le llaman el “Tren de la Bruja”. En los dos se ha gastado el dinero de todos los sevillanos, el que tenemos nosotros, el que tendrán nuestros hijos y el que, posiblemente, tendrán nuestros nietos. El responsable de estas dos barrabasadas está en Madrid tan tranquilo, sin responsabilidad alguna.
Otra diferencia fundamental es que cuando se abra el auditorio proyectado, al que seguramente yo no acudiré, pagaré por entrar y no tendré que hacerlo si no me apetece ir o no tengo dinero para ello. Porque la entrada no será “gratis” como subir a las setas, un “gratis” que pagamos todos los sevillanos, sino que el que lo utilice tendrá que pagarlo. ¿Se imagina Vd. un auditorio al que venga un artista del momento “gratis” como las setas? Eso sí que sería un verdadero mangazo. Esos artistas internacionales a que se refiere son trabajadores como otros que hay en otros gremios, valga como ejemplo los futbolistas, y se llevaran el dinero que quieran darle algunos sevillanos, no todos como ocurre ahora. Además, ¿no se ha llevado el dinero un arquitecto alemán, Jürgen Mayer, por diseñar el bodrio de la Encarnación?
Hay que defender a toda costa que sea la empresa privada la que realice las inversiones y que la administración se dedique a gestionar y no a hacerle la competencia. Los funcionarios son muy necesarios, pero deben ser los mínimos y bien pagados para que las empresas privadas realicen su función de forma adecuada: inversiones y empleo.
Con el Sevilla Park Arena puede que no se vaya a acabar el Mangazo, pero si las cosas se hacen como deben, puede ser el comienzo de una recuperación del empleo en Sevilla, que buena falta nos hace.
Para apoyar lo que digo baste la respuesta del Sr. Gregorio Serrano, Concejal de Turismo, Economía, Empleo y Fiestas Mayores, del Ayuntamiento de Sevilla, a una de las preguntas de la periodista Mª Jesús Pereira en el ABC del 5 de Mayo pasado:
 « Pregunta: -Se anuncia un auditorio con 20.000 plazas junto al rio. ¿Tiene sentido cuando tenemos Pibes, el Auditorio Rocío Jurado o el teatro de la Sgae?
Respuesta: -El Ayuntamiento no promueve ese auditorio. Es una empresa la que está interesada en construirlo e imagino que habrá hecho un estudio de mercado. El Ayuntamiento no le va a decir que no invierta esa millonada y que se vaya a otra ciudad. Otra cosa es que nos pidan que pongamos la mitad del dinero.»
¿Está claro?

lunes, 5 de mayo de 2014

ANÁLISIS DE LA TEMPORADA PASADA (2.013-2.014) – II


c) La menor

De la caza menor, casi sería mejor no hablar. Primero porque el número de cacerías es cada vez más escaso y segundo porque el número de piezas abatidas es más escaso todavía. Si a estos dos inconvenientes se le añade que los terrenos de caza a los que puedo acceder, Sociedad Local de Monesterio, no son nada fáciles de andar, y que cada vez estoy más torpe, ya estoy jubilado, las posibilidades en este tipo de cacería son cada vez menores.
Emilio Chavero, alias “Seisdedos”, un compañero de fatigas 
en una de la cacería  cobrada por el grupo. Todavía se atreve,
ya cuenta con 77 años, con los jóvenes. A la vista de la foto 
parece ser había  muchas piezas: la realidad es que 
había menor número de piezas  que cazadores. Eramos mas de 20

Una cosa se confirmó: las primeras nidadas de perdiz, incluso polladas ya creciditas, debidos a la primavera cambiante, mes de Abril caluroso y mes de Mayo frío de invierno, se fueron al garete. La única posibilidad es que algunas perdices tuvieron la posibilidad de volver a iniciar una segunda puesta que salvó algo la población perdicera de este año. De hecho se vieron pollos de perdiz bastante tardíos. En cualquier caso, esta población se presentó totalmente irregular: criaron algo en algunos pocos sitios y prácticamente nada en ninguno.
Se programaron  en total cuatro días de caza menor al salto: dos en Noviembre y otros dos en Diciembre. Sólo asistí a las dos primeras, las otras no pude, una por ir de puente con la mujer, día 8, y la otra, día 22, por una montería en el Real de la Jara. Antes no perdía un día al salto lloviera o venteara, pero el tiempo pasa y las circunstancias físicas, aparte de otras, se imponen.
Dada la escasez de facultades físicas, tanto una como otra cacería las programé intentando, dentro de lo posible, adelantarme con el coche, gracias al todo-terreno, al grupo de compañeros e ir poniendo alguna que otra puerta: todo un intento de adivinación de por dónde iba a pasar el grupo y poder tirar alguna perdiz. En la primera cacería, de cuatro puertas que dimos, sólo una surtió efecto positivo: tiré tres perdices largas y conseguí quedarme con una; las otras tres puertas un querer y esperar que los compañeros pasaran por donde habíamos previsto. Está claro que “no se puede estar en misa y repicando”, dicho en la realidad: cazando al salto en mi interés y ojeando para la conveniencia de los inválidos.
La segunda vez ocurrió más de lo mismo: cuatro puertas y en sólo una de ellas entraron algunos pájaros, sólo un tiro con suerte y cobré un pájaro. 
Eso sí, uno de los cazadores aprovechó para recechar una cierva y como había permiso de descaste, el famoso rececho, amparados en el mismo, la recogimos y quitamos un poco las telarañas del congelador.
Como curiosidad lo sucedido en otro de los grupos, en la foto adjunta, el “futuro cazador” con el jabalí, es el ejemplo de lo que puede ocurrir en la caza. El guarro de la imagen, recechado y aguardado durante todo el verano, tiroteado el domingo anterior en un gancho y curtido en mil batallas, se le presenta a un cazador, compañero de otro grupo, dándole tiempo para cambiar de munición en la escopeta y abatirlo con toda la facilidad del mundo; verlo para creerlo: con toda la veteranía del mundo e ir a morir de la forma más tonta. Un pequeño descuido o despiste le costó la vida.
 No sé si podré en otra ocasión, habrá que esperar a otra temporada, ir al salto con los compañeros y poder disfrutar de la perdiz en toda su salsa; la recuperación y vuelta  a tiempos pasados es casi totalmente irreversible, pero en fin, nunca se sabe. Sobre el comportamiento de la perdiz roja en estas estribaciones de Sierra Morena, comentaré algo específicamente en otra ocasión.

d) Los zorros

El zorro es un animal que ha proliferado enormemente debido a la variedad de su dieta; se le conoce como un carnívoro oportunista siendo su dieta de lo más variada, basada en aquello más fácil de obtener en cada momento: desde aves y mamíferos en general adecuados a su tamaño, insectos como grillos, saltamontes, cigarras, frutas como uvas, higos, bayas silvestres, etc... etc.…Eso sin contar las carroñas y  los daños que puede hacer a la ganadería doméstica: corderos, cabritos y los famosos ataques a los gallineros. Para completar su dieta alimenticia dispone de los restos de los piensos compuestos de la ganadería extensiva; en algunas fincas están gordos y lustrosos.

Un buen ejemplar: la bala le entró por  debajo  de la 
oreja derecha y le salió por la parte  izquierda  de la
 boca. Un buen estropicio dental, quedó seco.  Lo maté
 en la primera montería: 12 de octubre.
Respecto a los zorros añadiré que en mi vida había visto tantos zorros en el campo, contando no sólo las salidas específicas, sino otras salidas al campo, dígase monterías y demás, y todos a juzgar por su apariencia, gordos, sanos y bien alimentados. Si algún bicho está bien adaptado a estos parajes nuestros, es sin duda alguna el zorro, cada vez más abundante. Los datos oficiales, siempre por debajo de la realidad, constatan que en el año 2.007 se abatieron en Andalucía 32.000 zorros, estando a la cabeza Huelva con cerca de 7.000, seguido muy de cerca por Córdoba, 6.600, Granada, 5.500, y Jaén, 3.900; siguen Sevilla, 3.300, Cádiz, 3.250 y Almería con 1.450, datos que no están mal del todo. En Extremadura creo que bastantes más. 
Y como dice el refrán que “a falta de pan buena son tortas”,  en este caso específico, las cacerías a zorros se han convertido en una diversión que, en bastantes ocasiones, suplen a las de caza menor al salto y de camino se quitan alimañas del campo perjudiciales para la caza menor: conejo, liebre y perdiz.
Para cazar zorros se programaron por la Sociedad Local de Monesterio todos los domingos del mes de octubre y demás domingos, siempre que no se celebre montería o cacería general. 
El cazador futuro a lomos de la cierva y con el rabo
de un zorro.
Estas cacerías suelen ser bastante socorridas, ya que suplen aquellos domingos en los que no tienes que hacer otra   cosa mejor. Bueno, pues a pesar de que estaban programados bastantes domingos, unas veces por asistir a otros menesteres y otras por compromisos familiares, sólo asistí el primer día: 13 de Octubre. Sólo decir que aunque vi tres zorros, iban todos fuera de tiro y no disparé. Se mataron cuatro zorros y como otro compañero se dedicó al rececho de las ciervas, tuvo éxito y le ayudamos a sacarla; ello contribuyó a volver a quitar algo de telarañas del congelador.   
Seguiremos hablando de la temporada, todavía nos quedan las migratorias y la mayor

sábado, 3 de mayo de 2014

CONEJOS DESPISTADOS



Hace unos días leí en más de un periódico, a través de dos agencias, EFE y Europa Press, una noticia bastante curiosa. El titular rezaba de la siguiente manera:

“La Guardia Civil imputa en Lantejuela a una persona por transportar 500 conejos enjaulados y hacinados con documentación falsificada”

Dado el titular me intereso por él y enseguida me dispongo a enterarme de más detalles. Sigo leyendo más abajo lo siguiente:

“Los conejos, procedentes del campo, se encontraban enjaulados y hacinados en un camión, motivo por el cual, algunos de ellos murieron debido al estrés. Los Agentes consiguieron salvar a algunas crías recién nacidas.
Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA), junto a agentes de la Guardia Civil del Puesto de La Lantejuela, imputan a un hombre que transportaba en su camión 500 conejos enjaulados y hacinados, con una Guía de Origen y Sanidad falsificada.
Los agentes observan que el transporte está amparado con una Guía de Origen y Sanidad Pecuaria para 500 conejos, procedentes de Calzada de Calatrava en la provincia de Ciudad Real, con destino a Ciudad Rodrigo provincia de Salamanca.
Al haber sido interceptado fuera de itinerario reflejado en la Guía de Origen y Sanidad Pecuaria, agentes de la Guardia Civil del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la localidad de Morón, intervienen el transporte para que un veterinario oficial examine a los animales”

Parece ser que el motivo de la alarma de los agentes  de la guardia civil fue el itinerario que se reflejaba en la guía veterinaria: de Calzada de Calatrava (Ciudad Real) a Ciudad Rodrigo (Salamanca). Yo me pregunto lo siguiente: ¿Qué hacia el camión no ya fuera de su ruta, sino a una distancia totalmente opuesta de su dirección, hacia Lantejuela (Sevilla)? Un camión que debería haber emprendido camino hacia el Noroeste, se desplaza al sur de su lugar de origen, con el consiguiente incremento de distancias.
Si la mercancía hubiera sido otra, cabría suponer que el camionero se hubiera desplazado hasta la provincia de Sevilla por algún motivo particular, pero ¿tratándose de conejos vivos?, muy raro.
Creo suponer que los conejos procederían de algún lugar cercano a Lantejuela, vaya usted a saber, con destino desconocido y aprovecharon alguna guía ya expedida con el itinerario de C. Real a Salamanca. De lo que se desprende, que a lo mejor la guía no era falsificada, sino una correspondiente a otro origen y destino. Si los agentes lo pillan en un lugar del itinerario correspondiente, seguro que se salen con la suya.
Espero que algún día nos enteremos que es lo que pasó con los dichosos conejos.

Me gustaría saber más del asunto.

viernes, 4 de abril de 2014

ANÁLISIS DE LA TEMPORADA PASADA (2.013-2.014) – I


Hacía ya bastante tiempo que no conocía una temporada de caza tan deficiente como esta. ¡Ojo!, hablo sólo y exclusivamente por mis experiencias.  La caza menor por su escasez y la mayor porque he debido de tener un “yuyu” de campeonato: la mayor parte de las monterías sin tan siquiera disparar; a este paso se me van a oxidar los cartuchos del rifle.
Se presentó una primavera (ya se sabe que el comportamiento de la primavera influye decisivamente en el desarrollo y reproducción de las especies cinegéticas) bastante rara: mes de Abril con temperaturas elevadas y mes de Mayo con fríos más propios de Febrero o Marzo. Para muestra, decir que durante la feria de Sevilla, últimos de Abril, se pasó calor más propio del verano, llegamos a los 37ºC, que de una primavera y que a los pocos días en Monesterio, concretamente el día 28 de de Abril cayó una nevada, prólogo de lo que iba a ser el mes de Mayo. La romería de San Isidro en esta localidad, 15 de mayo, se celebró con lluvia y un frío de espanto; media población de Monesterio agarró un resfriado de aúpa, más de uno hubo de ser tratado de síntomas de neumonía. Tampoco fue agradable el camino del Rocío para los peregrinos de Sevilla, y eso que en estas tierras el frío se nota bastante menos.
Como consecuencia de lo descrito, la bellota se heló en la mayor parte de la dehesa y la cría de la perdiz fue un enigma que no se pudo descifrar hasta bien empezado el verano. No quiero ni imaginarme las vicisitudes y sufrimientos que debieron  pasar los bichos en el campo, y no digamos nada si acababan de llegar  a este mundo; claro, los que pudieron resistirlo, que no serían muchos.  Pero vayamos por parte.

a) El descaste del conejo: escasez y abundancia

Ya sabemos que en Monesterio el conejo brilla por su ausencia y normalmente en la provincia de Badajoz no se autoriza el descaste.
Sólo se presentaron dos posibilidades: la primera era repetir al principio del descaste, primeros de Julio, ya estuve la temporada pasada, en la finca “Los Caños” del término municipal de Villanueva del Rio y Minas y la otra echar alguna que otra jornada  en el término municipal de Marchena, en este caso a partir del 15 de Agosto.
Paco, uno de los socios de “Los Caños”,
dedicado a destripar conejos; labor que
hay que hacerla cuanto antes
debido al calor. Foto del verano anterior.
Pues bien, fallaron las dos posibilidades: la primera, la de Villanueva, por la escasez del conejo; yo iba pagando un tanto la jornada con un cupo de conejos y ya el año pasado me vine dos días sin haber cubierto el cupo; la escasez  obligó a los socios, esta temporada, a desistir de vender parte de la caza. La segunda, en Marchena no falló por la escasez del conejo, allí abundan, sino por otras circunstancias, fundamen-talmente las vacaciones y la coincidencia de las jornadas con la media veda.
Se comprueba en más de un caso que el conejo se está desarrollando mucho mejor en zonas de cultivo, caso de Marchena, que en otras de monte, lugar donde se encontraba en sus orígenes. Pero estos menesteres será cuestión de tratarlos en un tema aparte

b) La Media veda

Esta temporada pasada dispuse de dos acciones de caza: una en Monesterio (Badajoz) y otra en Santaollalla del Cala (Huelva). Luego salió un día de caza suelto en un pueblo de Córdoba, La Coronada, perteneciente al término municipal de Fuenteobejuna.
Abrimos con la provincia de Córdoba en una finca denominada “Las Canalejas”, situada cerca de dos pedanías de Fuenteovejuna: “La Cardenchosa”  y “Los Rubios”, en una zona denominada “Los Chirimeros”
Grupo de “La Coronada”: después de comer, en lo más profundo del arroyo,
 cauce totalmente seco, huyendo del calor. De izquierda a derecha:
Pedro “El Madrileño”, J. Félix (autor del artículo), José Manuel
“Romo”, José Garrote, Pedro García Jr. y  Pedro García Sr.
Detrás de la cámara mi sobrino Javier

Pasamos un día de calor tremendo. La zona, de dehesa, con encinas clareonas, casi sin hojas debido a la sequia, dentro de un rastrojo ralo y bastante pateado por el ganado, prometía por la mañana una jornada cinegética aceptable. Al final el día no se dio como esperábamos y nos tuvimos que conformar con tirar alguna que otra tórtola turca. Cobramos seis tórtolas y dos palomas. La paloma aparte de verse poco tenía poco tomado el comedero y volaban por las nubes. Por la tarde era insoportable aguantar con el calor y dada la cantidad de moscas y toda clase de insectos a lo que se añadió la escasez total de pájaros,  abandonamos antes de cumplir.
En Monesterio estuve los días 24, sábado y 25, domingo. El primer día me tocó uno de los puestos cercanos al cortijo de la finca y sólo depararon lances con tórtolas turcas: abatí cinco de ellas con escaso consumo de pólvora, ocho tiros. Con buen sentido se decidió no cazar por la tarde, pero después con todo el mal sentido del mundo se tomó la decisión de volver al día siguiente, domingo. Ya lo dice el refrán: “a caza removía, no vayas al otro día”, pero el vicio puede más que uno. Aunque corrí cuatro puestos respecto al día anterior, en teoría más propicio para la paloma, estas brillaron por su ausencia y tuve que conformarme otra vez con las turcas: sólo abatí dos.
Día 24 en Monesterio: Con “Cachorro” y el “Chelito”
El mes de Agosto se portó climatológicamente hablando con una de cal y otra de arena. Los primeros veinte días fueron bastante calurosos; a pesar de que los días son ya bastante cortos por estas fechas y consecuentemente las noches más largas, las “blandas”  por las mañanas brillaron por su ausencia, perjudicando algunos frutos de verano como los higos y también otros de otoño, como bellotas, castañas, nueces, membrillos, etc.
Para no desmentir el comportamiento del mes, Agosto se despidió con tormentas fuertes y copiosas; baste decir que el día 29 descargó una tormenta de las que hacen época: 46,40 l/m2 cayeron en tan sólo veinte minutos, lo que provocó algo inaudito en Monesterio: inundaciones de casas en un pueblo que está situado en lo alto de un cerro con pendientes pronunciadas hacia todos lados. Algunos imbornales de calles situadas en tramos llanos fueron incapaces de evacuar  tanta cantidad de agua en tan escaso tiempo y en vez de tragar el agua que caía la despedían hacia arriba.
En Santaolalla, con la Sociedad Santa Marta
El día 1 de Septiembre fuimos mi sobrino y yo al comedero de la Sociedad de Santa Marta. Este año coincidieron las fechas de apertura de las sociedades de Monesterio y Santa Olalla y era comedero de segunda cacería. Aunque en líneas generales no se dio mal el día en su conjunto, mas tratándose de segundo día en el mismo lugar, sólo abatimos dos pájaros: una paloma por mi parte y una turca por la de mi sobrino.
A destacar la escasez de torcaces, no criaron bien este verano,  y muy pocas tórtolas comunes; estas últimas totalmente ausentes en algunos comederos. Está claro que la africana no gusta de compartir lugar de comida con las tórtolas turcas. Es inexplicable que la Administración no decida de una vez permitir la caza de las turcas; no sólo es una especie alóctona, si no que le está quitando el hábitat a una especie autóctona de toda la vida; cada vez hay más turcas y menos africanas ó comunes.
(Continuará)