jueves, 23 de junio de 2016

LA CAZA MENOR SE ACABA: CONCLUSIONES A LA TEMPORADA 2015-2016: III. El problema de la perdiz



Este es el principal problema, a mi modo de ver, crucial diría yo. La perdiz requeriría un estudio aparte, en primer lugar por ser la reina de la caza y en segundo lugar por su escasez esta temporada, lo cual augura un futuro bastante incierto. Hay tres fases fundamentales en el desarrollo de la perdiz: la primera es el estado de celo, la segunda es la incubación y por último, la tercera, la fase de cría. Uno de los factores que más afectan al celo es la duración del día, con el incremento de la iluminación, juntamente con la temperatura. El exceso de lluvia y/o tormentas originan falta de celo, con lo cual las puestas son muy irregulares. Una vez realizada la puesta, el estado fisiológico de la perdiz cambia y se produce la denominada “cloquez”, con la cual se incrementa la temperatura del cuerpo y comienza la incubación de los huevos. Durante la incubación pueden producirse abandonos totales o parciales de los nidos que llevan al fracaso total de la reproducción. El abandono de nidos puede producirse por motivos muy distintos: falta de calentura de la perdiz, exceso de calor, lluvias, tormentas, depredadores (zorros y córvidos, cada vez más abundante), etc... Hay ocasiones en que la perdiz abandona el nido y, si el tiempo le acompaña, puede volver a iniciar otra vez el procedimiento comenzando por la fase de celo y después la incubación. Son los llamados pollos tardíos, que en más de una ocasión arreglan la temporada. Una vez terminada la incubación, si esta se ha llevado a cabo por lo menos de una forma parcial, comienza la llamada fase de cría. La perdiz puede considerarse un ave esteparia, por lo menos en su fase adulta; es un ave resistente, acomodada a la falta de comida y a la escasez de agua. Pero en sus primeras fases, el pollo recién salido del huevo es un animal desvalido y delicado. Si no dispone de comida y agua con cierta regularidad tendrá los días contados, ello sin contar con los posibles ataques de depredadores:   ya no sólo los mismos que afectan a los adultos, sino también otros bastante menos impresionantes, como puede ser el pequeño pero temido alcaudón común, el cual se trata de un verdadero especialista en capturar insectos de cierto tamaño y pequeños pajarillos; tampoco hay que olvidar al rabilargo, de la familia de los córvidos. En ocasiones y debido a estos múltiples factores negativos se ve como los bandos de perdices, al comienzo numerosos, van disminuyendo poco a poco hasta quedar uno o dos en el estado adulto, si no todo el bando.

Nido de perdiz abandonado

Ya en su fase de adulto la perdiz se hace resistente y puede superar los inconvenientes con un grado mayor de éxito que no en las fases anteriores.
Si examinamos detenidamente el problema y comparamos con épocas anteriores, sólo encuentro una diferencia: se ha abandonado totalmente la agricultura en favor de una ganadería que ha pasado de una explotación extensiva a otra, si no intensiva, casi intensiva. La perdiz “se ha echado al monte”, en el sentido estricto de la palabra, desplazada por la ganadería. Consecuentemente la densidad de la caza en el monte no es comparable a la de la campiña, esta última bastante más productiva.
Por otra parte en los terrenos de cultivo se echa la culpa al exceso del mismo: no hay lindazos, regatos, sitios de refugio para la caza. Las cosechadoras hacen verdaderos estragos y cada vez más se echa la culpa a los productos fitosanitarios con que son tratadas las semillas antes de la siembra , así como a los herbicidas que acaban con los pocos resguardos que quedan en los terrenos de cultivo intensivo.
Tenemos pues que lo que podría ser una ventaja en las zonas ganaderas, el cultivo de la tierra, es un inconveniente en las zonas propias de cultivo ya que en estas en la actualidad se recurre con demasiada frecuencia a los ya mencionados productos fitosanitarios. En fin, que en un término medio consiste la virtud, término medio que se cumplía, en nuestra zona, antes de la revolución de semillas, productos fitosanitarios y transformación de la ganadería extensiva de antaño a la semi-intensiva de hogaño.
Ya hablaré más de la perdiz en otra ocasión.

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